En 2007 regresa a Colombia y funda su estudio, Alejandro Henríquez Arquitectos. A través de una serie de alianzas con arquitectos jóvenes ha logrado desarrollar proyectos de diversas escalas y usos, que van desde viviendas unifamiliares y restaurantes hasta reformas y restauraciones. Una metodología proyectual basada en los principios de gerencia PMI (Project Management Institute) y en el dibujo arquitectónico como el lenguaje y el vehículo del pensamiento creativo se implementa transversalmente en los trabajos de Henríquez. El cuaderno de dibujo y la exploración de la arquitectura a través de un tanteo hecho con una “mano pensante” constituyen una manera de proceder atenta a las especificidades de cada proyecto.
La restauración de una vieja casona, construida en Bogotá, en 1944, para darle sede a la Casa-Librería Wilborada 1047, relata la historia de cómo Yolanda Auza materializó el anhelo de tener una librería. Adaptándose a la espacialidad de este inmueble declarado Bien de Interés Cultural, la intervención de Henríquez logra generar un espacio comercial sin desdibujar la atmósfera doméstica inherente a la estructura. Una segunda vida recorre sus estancias y rincones, donde más que vender libros se ofrece una experiencia cultural en torno a la lectura a través de eventos abiertos al público.