La arquitectura de esta casa invita a disfrutar del sol, las colinas y las nubes
Ueda Design Studio / agosto 4 - 2023
Cuando las nubes descienden sobre el valle por la mañana, esta casa parece estar en la cima del mundo. Ubicada en las colinas de la región de Eola, en Oregón (Estados Unidos), tiene una vista privilegiada a las montañas y a la parte oriental de la ciudad de Salem.
El encargo del cliente era simple: un hogar cómodo para su familia —una pareja con dos niños pequeños y dos pastores alemanes—, que aprovechara las panorámicas y sirviera como refugio de la vida laboral; un espacio que equilibrara el sentido de retiro con funcionalidad y durabilidad.
Un sinuoso camino con vistas fugaces a las colinas conduce a esta construcción, diseñada por la firma estadounidense Ueda Design Studio, donde un jardín con una fuente de agua —hecha con rocas locales— señala formalmente el cambio de la vida laboral a la familiar.
En su diseño, inspirado en la arquitectura japonesa, se enfatiza en las relaciones entre interior y exterior, además de que se propone un enfoque sostenible. El objetivo de los arquitectos era crear un edificio de alto rendimiento y con una gran eficiencia energética, que pudiera durar por espacio de cien años.
En el exterior, la paleta de materiales es simple pero atemporal, con revestimientos de cedro, paneles de fibrocemento, hormigón y acero, que requieren poco o ningún mantenimiento. Así mismo, la casa está envuelta con un aislamiento exterior continuo, sumado a ventanas y puertas de aluminio de alto rendimiento energético.
La firma instaló un sistema HVAC —heating, ventilation and air conditioning— de última generación, que incluye bombas de calor de gran eficiencia. En el comedor, una de las áreas más importantes del proyecto, las ventanas en la parte superior de la estructura se pueden abrir para refrescar el espacio y minimizar la necesidad de aire acondicionado, en tanto que los parasoles exteriores automáticos reducen la ganancia de temperatura en el verano.
Detalles sobre la arquitectura de la casa
Luego de cruzar una entrada modesta, protegida por piezas de madera que generan una celosía que tamiza la luz, el visitante pasa de espacios que proponen una intimidad acogedora a grandes habitaciones abiertas.
El punto focal de esta casa de 745 metros cuadrados —aproximadamente— es la combinación de sala, comedor y cocina: la mezcla idónea para disfrutar de la vida de campo con familiares y amigos.
De estas zonas sobresale el comedor, rematado con un techo de ocho metros de altura y generosos ventanales de piso a techo en tres de sus caras.
El piso de concreto y el techo de madera contrachapada del comedor se extienden hasta el exterior, donde se transforman en una cubierta en voladizo que protege esta zona del sol. Es una forma de derribar las barreras e integrar el paisaje con la arquitectura. Los materiales en tonos tierra y las pantallas de madera y metal permiten que la luz defina sutilmente los espacios.
El lado occidental del comedor —el corazón de la casa— incluye un salón con puertas correderas que se abren hacia un patio. Una vez que estas desaparecen entre la pared, la arquitectura se disuelve. Las colinas ondulantes entran visualmente en el espacio, junto con una agradable brisa. Los clientes utilizan esta zona para relajarse y apreciar el entorno con música y un buen vino.
Por su parte, en la sala de estar —entre el comedor y el salón— se aprovechan las vistas tanto al oriente como al occidente, gracias a su ubicación estratégica y al uso de vidrio en estas áreas. Una chimenea de casi dos metros de largo, con gabinetes de nogal oscuro, transforma esta zona en un ambiente acogedor.
La cocina se abre tanto a la sala como al comedor, para que los propietarios vean jugar a sus hijos mientras cocinan. Aquí, una ventana esquinera ofrece una visual del camino de entrada, de modo que pueden advertir si alguien está acercándose a la casa.
La escalera suspendida, sin contrahuella y con varillas de acero verticales que actúan como estructura, conduce al espacio privado en el nivel superior, mientras se disfruta del paisaje y la luz natural a través del generoso ventanal.
En la planta superior, los dormitorios están orientados hacia el occidente, con el fin de poder contemplar a lo lejos las bodegas de vino y la puesta del sol. Al contrario del nivel principal, acá los techos son relativamente bajos para crear un espacio privado acogedor.
En este nivel, un pasillo angosto conduce a un gran entrepiso abierto sobre la sala de estar/comedor, para apreciar el paisaje. A su vez, otra circulación lleva a la terraza con vista de 270 grados, protegida por una cubierta y ambientada con una chimenea para dar albergue durante todas las estaciones del año. Finalmente, en el sótano se encuentran una cava de vinos, sauna, teatro en casa, gimnasio y sala de juegos.
Esta vivienda propone una vida integrada con la naturaleza para que los problemas cotidianos se queden afuera y así disfrutar en familia del sol, las colinas y las nubes.
Cinco puntos para destacar
1. El piso de concreto utilizado en áreas como el comedor refuerza la continuidad entre exterior e interior.
2. Un gran ventanal de ocho metros de altura, en las áreas sociales, invita a la naturaleza al interior de este hogar.
3. Una de las metas de los arquitectos era diseñar un inmueble con un alto rendimiento y gran eficiencia energética.
4. Los propietarios deseaban un hogar cómodo, donde pudieran olvidarse de las exigencias de su vida laboral.
5. Desde el ventanal de la cocina es posible observar la vía de acceso a la casa, para saber si alguien se aproxima.
Tremenda mansión.