Centro Cívico de Antioquia: arquitectura de la libertad
Fotografía: Sergio Gómez. Texto: Andrés Ramírez. / mayo 28 - 2014
El Centro Cívico de Antioquia, también llamado Plaza de la Libertad, nació, como las más importantes y recientes obras de Medellín, a partir de un concurso internacional promovido por la Gobernación de Antioquia y el IDEA.
El concurso buscaba crear un proyecto de alto impacto urbano que se consolidara como un punto de encuentro para todos los habitantes del departamento y la ciudad. Los ganadores de este concurso fueron las firmas Opus oficina de proyectos urbanos, en cabeza de los arquitectos Manuel Jaén, Carlos Betancour y Carlos Montoya, y la firma Toro Posada Arquitectos.
El proyecto se ubica en un lote de 15.000 m2 vecino a la sede de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. Tiene como vecinos edificios emblemáticos de la ciudad, como el complejo de la Alpujarra, el Centro de Exposiciones, la Plaza Cisneros y la Biblioteca de la EPM. Con estas determinantes urbanas, la nueva plaza de la Libertad tenía el reto de articular los diferentes equipamientos metropolitanos con los sistemas de transporte masivo, calles emblemáticas y altos flujos peatonales existentes.
La respuesta de diseño consistió en la creación de generosos espacios públicos para recibir el flujo de transeúntes y la introducción de usos complementarios como hotel, comercio y estudios de televisión. La ambiciosa intervención significó para la ciudad 60.000 m2 de área para oficinas y 15.000 m2 de espacio público.
“Buscamos representar el espacio de una sociedad que convive en la exhuberancia y fertilidad de esta tierra, entendiendo su biodiversidad, diversidad social, étnica y cultural como uno de sus mayores valores. Por esto la plástica del proyecto se apoya en la abstracción de los diferentes estratos de los bosques, en donde encontramos pautas para la definición de los materiales, grados de apertura en cada uno de los niveles y texturas de los edificios”, dice la memoria de diseño de la firma Opus.
Esta analogía entre la arquitectura y los bosques se refleja en todas las capas del proyecto. Por ejemplo, el estrato del suelo corresponde a los espacios cavernosos, mientras que la arquitectura mas pesada, el sotobosque, a los primeros pisos, permeables a través del uso de escalas más domesticas y usos públicos. El estrato arbóreo corresponde a arquitecturas de escala intermedia con volumenes de superficies perforadas elevados sobre troncos. Finalmente se encuentra el estrato de árboles emergentes.
“El proyecto le apuesta a la construcción de un modelo de ciudad que incorpora activamente la vegetación en los espacios urbanos. En lo político, entendemos la libertad del hombre en dos dimensiones: las libertades colectivas que tienen su espacio en la plaza, como soporte de las torres institucionales. Y las libertades individuales representadas en el bosque de la libertad, que es la antesala al centro cultural”, explican los arquitectos.
El proyecto incorpora diferentes elementos dentro de una acertada visión de escala metropolitana. La Torre Institucional se planteó como un referente del centro de la ciudad, compuesto por dos torres de 24 y 17 pisos respectivamente. En su interior se encuentran las oficinas de la Gobernación en los pisos superiores y comercio en la primera planta, terrazas jardín y un mirador público. “La piel del edificio es un sistema de pórticos y prefabricados de concreto que cumple las funciones de estructura y control solar, y hace referencia a la corteza de dos grandes árboles”, explican los arquitectos.
El segundo cuerpo del proyecto lo constituye un sólido volumen en forma de cubo que alberga los estudios de la cadena de televisión regional Teleantioquia. Se concibió como un edificio abierto en el que los ciudadanos pueden recorrer y conocer el proceso de producción de televisión. El edificio alberga la unidad de producción del canal regional, dotado con dos estudios de 380 m2, y áreas técnicas y de servicio.
Por ultimo, un volumen de forma rectangular se planteó como un elemento “dinamizador de la vida urbana” que conforma el espacio de la plaza interior. Este edificio se desarrolla dentro de líneas horizontales con una piel de vidrio serigrafiado sobre el costado de la plaza, y una doble piel fabricada con paneles de madera hacia el oriente. Este edificio se convertirá en un hotel y es el único del complejo financiado con inversión privada.
“Concebimos el proyecto como un lugar de encuentro y expresión ciudadana. Funcionalmente dispondrá de salas de exposiciones, plazas, bosques, un paseo sobre la calle 42, zócalo comercial sobre la avenida del ferrocarril, cubierta urbana, parqueaderos públicos y privados”. Son 15.000 m2 de superficies públicas duras y blandas destinadas a integrar diferentes edificios de gran valor arquitectónico del sector que se construyeron de manera individual en los últimos años. Esta conexión se logra a través de vegetación y caminos de agua como elementos prioritarios.
Como parte de la celebración del Bicentenario de la Independencia de Colombia, Medellín ofrece este importante monumento que representa el espíritu libertario y democrático que caracteriza a nuestro país.
Además se constituye en un nuevo mensaje de que a través de la arquitectura se pueden expresar lo mas importantes gestos de democracia e igualdad. “Proponemos una arquitectura integrada al paisaje, con soporte conceptual y conciencia ambiental, que cumpla con los requerimientos funcionales, y que tenga al hombre como punto de partida y fin”, concluyen los arquitectos.
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