Arquitectura para el movimiento y la interacción: un dinámico edificio en China
Vía V2com / septiembre 29 - 2025

En un mundo dominado por las compras en línea, los espacios físicos deben ir más allá de las simples transacciones y crear experiencias inmersivas. La sede de Aimer en Suzhou se suma a este cambio, ofreciendo un entorno que fomenta una profunda interacción con la marca y conecta con las personas a nivel humano.

«Al diseñar la sede de Aimer en Suzhou, buscamos crear un edificio que reflejara tanto la identidad de la marca como la naturaleza cambiante de los espacios comerciales», afirma Binke Lenhardt, cofundador de Crossboundaries. «Formas fluidas, transparencia en capas y espacios multifuncionales convierten la arquitectura en una extensión de la propia marca».

Ubicado en el distrito Fenhu de Suzhou, entre Suzhou y Shanghái, el edificio se beneficia de su posición estratégica como centro de transporte. Cuando Crossboundaries se hizo cargo del proyecto en 2019, la construcción ya había comenzado y el sótano estaba terminado. Sin embargo, el proyecto existente no reflejaba las ambiciones cambiantes de Aimer. El diseño era fragmentado, con poca diversidad programática y una participación limitada del usuario.

El rediseño replanteó el complejo desde dentro hacia fuera, adaptándolo a la identidad y las necesidades funcionales de la marca. La distribución, previamente compartimentada, se reorganizó en una composición multifuncional, mejorando la conectividad vertical y horizontal y creando flexibilidad para el crecimiento futuro.

Entre los tres volúmenes principales, se introdujo un paisaje orgánico, formando dos plataformas superpuestas que actúan como espacios de conexión. Las escaleras exteriores, orientadas al sur y al oeste, guían a los visitantes a través de este entorno estratificado.
El diseño del edificio
La sede central combina comercio, ocio y trabajo en una experiencia continua. Al acceder desde el suroeste, los visitantes se encuentran con la sala de exposiciones y las áreas comerciales de Aimer, donde la arquitectura inmersiva realza la experiencia de compra personalizada. Desde el noreste, una escalera distintiva conduce directamente a los espacios culturales y de exposiciones, ampliando la interacción del edificio con las artes y los eventos.

En la tercera planta, un spa crea un ambiente centrado en el bienestar. Las oficinas de los niveles 4 a 7 son abiertas y flexibles, con mamparas de cristal curvado, acabados de madera y nichos rojos para sentarse que refuerzan la identidad de marca de Aimer.

Las plantas 8 a 10 albergan estudios de transmisión en vivo diseñados con acero inoxidable e iluminación de neón para conectar el comercio físico con el digital. Una zona de observación pública en la planta 9 permite a los visitantes observar las transmisiones, conectando al público con la estrategia en línea de Aimer.

En la planta superior, el hotel se extiende de las plantas 11 a 16, ofreciendo materiales naturales, acabados cálidos y vistas panorámicas al lago. Finalmente, el nivel ejecutivo de la planta 17 ofrece vistas despejadas a través de una ventana de vidrio extruido.

«La arquitectura tiene el poder de moldear experiencias», afirma Hao Dong, cofundador de Crossboundaries. «Diseñamos un espacio que fomenta el movimiento y la interacción sensorial».
Interior y elementos clave de la obra
El interior amplía la idea de conexión fluida: elementos curvos con estanterías integradas, una cinta de policarbonato color coral y suelos de terrazo rosa crean continuidad y amplitud. Los amplios escalones guían a los visitantes con fluidez a través de la sala de exposición, reforzando la fluidez inmersiva.

En la entrada noroeste, una escalera de forma libre suspendida de varillas de acero sirve como pieza central escultórica, tanto funcional como simbólica. Al mismo tiempo, sirve como escenario para eventos y refuerza la fluidez que recorre todo el complejo.

Las líneas fluidas del podio contrastan con la torre vertical de 17 pisos. En el contexto cultural chino, esta composición evoca la relación tradicional con la naturaleza, donde las formas horizontales ondulantes evocan el agua, mientras que la torre ascendente evoca las cimas de las montañas. Estas metáforas simbolizan la armonía entre la arquitectura y el paisaje.

El muro cortina incorpora aletas verticales y patrones cambiantes, que se vuelven más densos hacia la parte superior y reflejan sutilmente la variedad del programa interior. A nivel del suelo, las fachadas curvas y las esquinas retraídas evocan un movimiento ondulante. Una superficie con estampados rojos bajo el vidrio evoca un encaje, en conexión directa con la identidad de marca de Aimer y creando profundidad mediante transparencias superpuestas.
Un nuevo paradigma
La sede de Aimer 2nd establece un referente para espacios comerciales híbridos. Al transformar un proyecto existente en un entorno coherente y centrado en la experiencia, el proyecto demuestra cómo la arquitectura puede fusionar elementos culturales, comerciales y digitales en uno solo.

El resultado es un complejo dinámico y adaptable que narra la historia de la marca no solo a través de sus productos, sino también a través de los espacios por los que transitan las personas. El diseño de Crossboundaries destaca cómo la arquitectura comercial puede fortalecer el vínculo entre las personas, los productos y el lugar.