Mucho más que un mercado
Fotografía: Andrés Valbuena Producción: Lucy Moreno Texto: Gabriel Hernández / octubre 10 - 2018
Con Boho Food Market, el ambiente de Usaquén –al nororiente de Bogotá– adquiere un atractivo aire de sofisticación a través de un concepto de oferta de alimentos especialmente seleccionados y cocina de mercado que recupera el sentido de ciudad en un lugar de diseño abierto, donde el cliente y el vendedor pueden compartir experiencias personalmente, a partir de un diálogo basado en la calidad, el sabor y el origen de los productos. “Tomamos un espacio comercial, prácticamente en obra gris, y nos dedicamos a convertirlo en un sitio variado”, explica Camilo Ayerbe, filósofo con vocación empresarial, quien junto con su esposa Laura Lombardi, historiadora del arte, promovió la idea.
Esta iniciativa nace de los recorridos de Camilo y Laura por los mercados de Europa y de América –como Coyoacán, en México y San Telmo, en Buenos Aires– e incluso por plazas tradicionales de Bogotá –como Las Cruces, La Macarena y Paloquemao–.
Su sueño de reunir en un ambiente el sabor y el colorido de los mercados del mundo se materializó en Boho Food Market, con los conceptos de Laura y el diseño de Sylvie Delesmontey, arquitecta e interiorista que logró balancear la fórmula entre la informalidad, la diversidad de las actividades, el rigor de la función y la eficiencia de los espacios.
El mercado se desarrolla en los niveles 2, 3 y 4 del centro comercial Usaquén Plaza. Inicialmente se encuentra el food market, donde se destacan los puestos de pescados frescos, verduras seleccionadas, carnes maduradas, cafés de origen, y muchos otros productos escogidos de acuerdo con su calidad, pureza, origen y métodos de elaboración. Esta sección tiene acceso directo a una plaza donde están la vinoteca, la panadería italiana y una selecta exposición de diseño colombiano con objetos decorativos, muebles, ropa, joyas y diversos elementos para el hogar.
El recorrido avanza hasta el tercer piso, donde la cocina de mercado ofrece sus especialidades colombianas, asiáticas e italianas complementadas con bebidas y postres variados. Para este nivel, Sylvie escogió una gama de colores claros, y materiales como mármol, madera y acero inoxidable, que evocan el aspecto de una gran cocina y permiten combinar la individualidad de cada punto de comidas con la identidad del lugar.
El ambiente de la noche se vive en el cuarto nivel, donde el concepto de cocina de mercado alcanza su madurez y asume la apariencia de un comedor a través del diseño, mediante recursos como la madera de tonos oscuros, la iluminación cálida y discreta, el amoblamiento confortable y una oferta gastronómica más elaborada con sus bares de licores, barras de pescados y de postres, y especialidades como las tapas, el menú japonés y la sazón mexicana, todo acompañado con música en vivo y una terraza al aire libre.
Según Laura Lombardi, la idea de la variedad y la informalidad del mercado inspiró un criterio de decoración puesto en escena con Sylvie Delesmontey, que incluye toques inesperados –como los pisos de distintas referencias que rompen la uniformidad–, diseños personalizados en los diversos ambientes del mercado, detalles típicos –como los canastos que hacen de caperuzas de lámparas– y efectos de ambientación –como las bombillas incandescentes que destacan el color de los productos–.
La atmósfera de mercado les da unidad a todos los niveles de Boho Food Market, donde los chefs y los clientes pueden coincidir en los puestos de venta de alimentos, seleccionando los productos que usarán ese día en sus recetas. En los sitios de comidas, cocineros y comensales pueden compartir impresiones sobre los sabores de las preparaciones y de las bebidas que las acompañan, en un ambiente de comunicación y cercanía ajeno a la formalidad, “aquí el concepto de cocina de mercado se aleja por completo del formato clásico de un restaurante tradicional”, concluye Ayerbe.
Pensado como un collage de experiencias, sensaciones, recorridos y encuentros, Boho Food Market es el sueño de una ciudad amable donde se vive el ritmo de cada día en un ambiente en el cual el sabor y la estética alimentan el gusto y estimulan la relación entre la gente.
