Así es el hogar colombiano en épocas de pandemia
Texto: Camilo Garavito. / noviembre 19 - 2020

Ocho meses después de la llegada oficial de la pandemia a nuestro país, el futuro sigue sin estar claro. La vivienda se convirtió en refugio, en el lugar más seguro para estar en un mundo sin una solución viable en el horizonte ni certidumbre alguna de retornar a la vida como era antes; continuamos expectantes frente a nuevas restricciones en la movilidad y enfrentamos las dificultades que ha traído la COVID-19 para la interacción humana. En la medida en que la casa pasó de ser aquello que visitábamos brevemente para comer y dormir y se convirtió en el escenario de casi todas las actividades, la relación con ella se transformó de manera radical.
«La visión del mundo con respecto a la vivienda cambió. Debido a esta pandemia y a los últimos ocho meses de encierro obligatorio, nos dimos cuenta de que podíamos hacer en ella mucho de lo que hacíamos afuera. Los viajes corporativos se redujeron gracias a la tecnología, entendimos que no hace falta viajar a otro país o ciudad para tener una reunión que podíamos realizar por videoconferencia, y que era posible ahorrarnos dos o tres horas diarias de transporte en la ciudad. En términos generales e independientemente de la condición social y los niveles de ingreso, descubrimos que el grueso de las actividades que requiere la economía se podían hacer desde el hogar”, afirma Héctor Uribe, socio de la compañía Escalar, empresa con una amplia experiencia dedicada al diseño arquitectónico y a la construcción de edificaciones, muchas de ellas enfocadas en lo residencial. Para Uribe, esta situación nos llevó a «valorar aún más algo que antes dábamos por sentado: hay que cuidar la casa, sea grande o pequeña. La gente empezó a pintarla o reemplazó ese florero que no le gustaba. A embellecerla y mejorarla para hacer de ella un lugar más agradable.
Incluso, algunos decidieron cambiar de hogar, en busca de espacios con mayor apertura hacia el exterior, con terrazas, patios y zonas verdes, cercanos a la naturaleza”. Una visión similar expresa David Duque, gerente del proyecto Monte Sereno-Refugio Campestre, ubicado en El Retiro, Antioquia, a 35 minutos de Medellín. «La pandemia ha sido un detonante, un catalizador que nos ha llevado a revaluar muchos aspectos de la vida. Por ejemplo, antes buscábamos tener la vivienda, el esparcimiento y el trabajo en lugares distintos. Hoy esa división no se percibe tan clara”. Monte Sereno es un proyecto que responde a esa idea, una parcelación donde todo ocurre en su interior: la vivienda, el esparcimiento, el mercado y el trabajo. Su objetivo es que esto suceda en un lugar que fomente una conexión especial entre los seres humanos y la naturaleza que los rodea. Sus promotores lo definen a través de tres pilares: la sostenibilidad ambiental, el fortalecimiento del tejido social local y la interacción de las personas con la flora y fauna circundantes. Lineamientos que muestran una nueva mirada hacia el hogar y que responden a los determinantes generados por la pandemia.
Así como el más reciente proyecto de Escalar en Bogotá –Santa María de los Cerros– busca incorporar la naturaleza en su corazón a partir de un ejercicio intenso de jardinería y de arborización, y fortalecer los lazos entre sus habitantes a partir de una multiplicidad de espacios de uso común, Monte Sereno-Refugio Campestre difumina los límites entre lo rural y lo urbano, reconecta al ser humano con el medioambiente, y en ese ejercicio genera un impacto ambiental positivo.
Y si bien las áreas comunes, el contacto con el exterior, las terrazas, los jardines, los patios y la conexión con la naturaleza se han convertido en una prioridad para los seres humanos y sus espacios de vivienda, los ambientes interiores también han sido objeto de transformaciones y redefinición debido a los cambios de comportamiento derivados de la pandemia. La vivienda se convirtió en colegio y también en lugar de trabajo. Esto requirió adaptarla y transformarla rápidamente para responder a tales necesidades. Esta condición de la coyuntura motivó a la empresa Arkos a desarrollar su nuevo sistema Arkos Modular, que «permite a las personas adaptar y subdividir los espacios al interior con el fin de obtener la privacidad y polifuncionalidad requerida sin entrar en obras complejas”, según lo describe su gerente general, el arquitecto Jesús David Riveros.
A partir de un sistema de paneles modulares de policarbonato, Arkos ofrece la posibilidad de instalar diversas piezas de mobiliario –escritorio, biblioteca, divisiones de espacios– de manera limpia y rápida, sin obra civil, en una fácil adaptación de la vivienda a los diversos requerimientos surgidos en esta nueva normalidad. Todo esto lo llevaron un paso más allá al escalarlo a ejercicios de construcción completos. De esta manera, su propuesta se adapta para construir garajes, quioscos, invernaderos… Con el mismo criterio de ofrecer ambientes maleables y áreas sociales que complementen las unidades residenciales, iniciativas como Next Living, de la firma Kubik, en Bogotá, le apuestan a los microespacios con altas especificaciones de diseño que dan soluciones eficientes e integrales a sus habitantes.
«Debemos persistir en redefinir la vivienda y un nuevo estilo de vida donde los espacios habitacionales compactos deben tener la flexibilidad de ser útiles y adaptables para rentar, vivir, trabajar o divertirse, incentivando la colaboración e interconexión de los usuarios o inversionistas en amplias zonas comunes, muy de la mano con nuestra prioridad de crear proyectos sostenibles que aporten al planeta y a la comunidad dentro de la nueva normalidad”, explica Camilo Alvarado, fundador y líder de innovación de Kubik, quien añade que el proyecto contempla la reducción del consumo energético, el de agua potable y el impacto ambiental de los materiales especificados.
La vivienda también ha requerido una revaluación en cuanto a su limpieza. La asepsia es, hasta el momento, el arma más efectiva que hemos encontrado para protegernos del virus, y esto ha derivado en que nuestros comportamientos en el hogar se hayan modificado sustancialmente.
Los zapatos se quedan –o se limpian– junto a la entrada, nos lavamos las manos justo al ingresar a casa y hacemos todo lo posible para garantizar unos niveles de higiene que nos permitan evitar la llegada del virus al interior. En esta línea de trabajo, la compañía Duratex ha desarrollado tableros aglomerados de madera con acabados antimicrobianos y antibacterianos, y ha creado una versión antiviral que ofrece superficies todavía más seguras y fáciles de limpiar. «Nos hemos visto expuestos a redescubrir nuestros hogares. Queremos verlos más bonitos, mejorar esos rincones olvidados, poder hacer yoga, actualizar la biblioteca o trabajar en casa”, comenta al respecto Carolina Gómez Restrepo, coordinadora de mercadeo en Duratex Colombia. Por esto, sus superficies no solo brindan altas prestaciones en cuanto a asepsia, texturas y diseños, en las cuales replican efectos alistonados de madera o mármoles y piedras, sino que buscan generar atmósferas cálidas y contemporáneas. «Queremos democratizar el diseño, llevarlo a las personas a precios asequibles”.
Catherine Laurence, directora de mercadeo de Lamitech, enfatiza también en la polifuncionalidad de las superficies que requieren las viviendas hoy. «En un momento del día el comedor se convierte en escritorio, o en otros es el mesón de la cocina”. Por esto, sus laminados de alta presión y piezas de mobiliario ofrecen propiedades antimicrobianas y antibacterianas, que evitan la proliferación de bacterias, gérmenes, microbios y moho, mientras combinan texturas con gráficos y color de manera tal que puedan dar soporte a espacios armónicos y agradables. Limpieza sin olvidar la estética.
Y así la pandemia ha cambiado la relación con nuestras viviendas. Desde transformaciones generales que nos ofrecen mayor interacción con el exterior, con la naturaleza y con espacios comunes que permitan la socialización de manera segura, pasando por la adaptación a las múltiples funciones que hoy suceden en el interior, hasta llegar al detalle de la composición de las superficies con las que interactuamos para garantizar su seguridad y limpieza. ✱