Gracias a su ubicación y diseño esta casa en Anapoima usa ventilación natural
fotografía: ANDRÉS VALBUENA PRODUCCIÓN: ANA MARÍA ZULUAGA Texto: RAMÓN ANDRÉS NIVIA / enero 15 - 2016
A través de la informalidad, esta casa no común para su ubicación –en un terreno aún poco poblado de Mesa de Yeguas, Anapoima, con una vista privilegiada sobre la montaña– busca generar un ambiente propicio para el descanso.
Sin lugar a dudas, el techo de palmiche –junto a la zona social abierta de gran altura, un espacio fresco que no requiere ventiladores o aire acondicionado– es uno de los trabajos más destacados de este proyecto.
“El palmiche lo trajimos del Magdalena junto a los ‘empajadores’. Esta propuesta surge debido a que los propietarios tienen una casa en la bahía de Cinto, en el Tayrona, y querían una arquitectura similar, una gran palapa”, explica el arquitecto Guillermo Carreño, quien realizó este diseño junto con María Teresa León, ambos de Caleo Arquitectura. Es tan sobresaliente la labor realizada en el techo, que en el interior está totalmente descubierto para que las personas puedan apreciar el tejido.
Aprovechando la fuerte inclinación del lote, el acceso a la casa se da por la parte superior por medio de unos pasos de concreto salado. “Al bajar, los visitantes van descubriendo una serie de espacios intermedios hasta llegar al sector de la piscina de borde infinito”. Allí, la zona social es un ambiente totalmente abierto, sin puertas, para generar corrientes fluidas de aire que, sumadas a la generosa altura del techo, permiten una temperatura agradable sin la necesidad de ventiladores. En esta área “la cocina se puede integrar o aislar del comedor –dependiendo del tipo de evento que se realice– por medio de unas puertas correderas hechas en macana”.
De igual manera, para reforzar la ventilación, sobre la biblioteca de la zona social, cuyas puertas mantienen el estilo de las correderas de la cocina, los arquitectos ubicaron un vacío que favorece las corrientes de aire y un vano que comunica con un patio. Así mismo, las circulaciones hacia la alcoba principal también tienen un techo de paja que desciende lo suficiente para evitar que el sol ingrese de manera directa, lo cual hace a toda la vivienda aún más fresca.
Esta casa se puede dividir en dos cuerpos: el primero con una cubierta de palmiche –compuesto por la alcoba principal, una secundaria, la zona social y la de juegos– y el otro con un techo plano –con dos alcobas más, el módulo de dormitorios auxiliares y el área de servicios–. Ubicado cerca de la entrada, un estar pensado para los más jóvenes invita a la recreación. “La idea de ese espacio es que cuando las personas comienzan a bajar las escaleras vean ese volumen de palmiche, de tal manera se crean diferentes ambientes dentro de la misma vivienda, todo esto para generar mayor comodidad”.
Volada hacia los árboles, la piscina de borde infinito es el remate de esta propuesta arquitectónica, en gran parte debido a la inclinación del lote –lo que permite, por otra parte, estacionar los carros en la parte superior para dar mayor privacidad–.
“La esencia de esta casa es ser muy sencilla, incluso en sus acabados. Además, queríamos que fuera muy fácil de mantener, que la zona social pudiera estar abierta sin pasarle nada. Y, lo más importante, que se defendiera sola ante el clima”, objetivos que lograron a cabalidad.