Arquitectura

Casa BOAÇAVA, por el estudio Una Arquitetos

fotografía: leonardo finotti. Texto: gustavo hiriart / 
diciembre 30 - 2014
Casa BOAÇAVA, por el estudio Una Arquitetos
En São Paulo, en un terreno con fuerte pendiente, el estudio Una Arquitetos proyectó una casa de concreto que radicaliza las características de sus espacios sociales, privados y de servicio.

En una ciudad abigarrada como São Paulo, las fugas visuales, dadas por una topografía irregular, descomprimen los espacios urbanos y permiten, en algunas oportunidades, proyectar los interiores mucho más allá del límite del terreno. Ese es el caso de la Casa Boaçava, diseñada por el estudio Una Arquitetos, ubicada en un lote alto y alargado, y con un desnivel de seis metros con el vecino posterior, que no interrumpe las vistas lejanas.

Parece claro que todo comenzó a partir de allí: llevar la vista del fondo del terreno a lo largo de la planta baja para evitar toda interrupción visual. Esta intención, la del área continua desde la calle y a través de toda la zona social, recuerda los proyectos más emblemáticos de la llamada Escuela Paulista, la cual se caracteriza, entre otras cosas, por la fluidez entre el espacio público y los interiores, incluso en proyectos residenciales.

Casa Boaçava, Una Arquitetos

Pero ¿cómo lo logran? A partir de una separación neta entre los ambientes sociales y los de servicio, el proyecto redibuja el terreno, por así decirlo. Todas las funciones transparentes se ordenan en cascada: el comedor primero, después la sala de estar con un techo más elevado gracias al pliegue del piso, y luego la zona exterior techada.

Por otro lado, las opacas se esconden en un bloque macizo de hormigón, que se hace a un lado, se saca de la vista. Este prisma, teñido de ocre a partir del agregado de óxido de hierro en el hormigón, acompaña la fluidez del espacio: nos busca en la entrada y nos guía hacia el fondo, señalando la vista a la ciudad.

La misma división tajante se observa al comparar el espacio vacío de la planta baja y la caja pesada de la alta. Mientras en el nivel de calle se promueve la socialización, en el superior se protege la privacidad. Incluso las ventanas de los dormitorios, abiertas con perforaciones muy precisas, se proyectan hacia balcones propios, concebidos como pequeños patios elevados.

En el centro del volumen de dormitorios está ubicado un estar íntimo que cruza todo el espacio vinculando frente y fondo, y desde donde se accede al solárium del techo.

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Otro aspecto de la Casa Boaçava para señalar es su solución estructural, en este punto volvemos a toparnos con la Escuela Paulista y su búsqueda del espacio a través de una estructura compleja y expresiva. El prisma elevado está sostenido de forma asimétrica: por un lado se apoya en el bloque ocre, por otro, en dos columnas de hormigón. Esto desestabiliza visualmente el proyecto ya que las columnas, por contraste, casi no se perciben.

La caja de dormitorios, que encuentra su forma en las paredes perimetrales, no se toca con los muros medianeros. En definitiva, el prisma al flotar hace visible el espacio de planta baja, le otorga volumen. La escalera lineal, que no interrumpe el espacio, es otro acierto del proyecto.

En su diseño se evitan los elementos verticales, lo que refuerza su liviandad extrema. Su forma recuerda las creadas por el arquitecto húngaro Marcel Breuer, autor también de las sillas Cesca, presentes en el comedor. Además de muebles de Eames o Saarinen, en esta casa aparecen objetos de diseñadores brasileños, como el sillón “Paulistano”, de Paulo Mendes da Rocha, o la mecedora “Rio”, de Oscar Niemeyer.

Casa Boaçava, Una Arquitetos

//revistaaxxis.com.co

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