Confort en medio del bosque, la casa construida en concreto bajo una ‘estética orgánica’
María Juanita Becerra / diciembre 13 - 2022
Con la ambición de hacer una arquitectura del lugar que no acabe por destruir los paisajes de su natal Antioquia, el arquitecto Eduardo Múnera eligió reivindicar las formas simples para este proyecto: una casa en concreto de 350 metros cuadrados ubicada al oriente de Medellín.
En diálogo con el entorno natural, el concreto a la vista es el gran protagonista. Su belleza táctil, solidez estructural y geometría elemental hacen que esta vivienda sea contemporánea y atemporal a la vez.
La estrategia arquitectónica del proyecto
La forma del lote obligó al arquitecto a implantarla en la falda de la montaña y a diseñarla como una sola pieza. Un monolito. Se trata, pues, de una barra de concreto sobre el terreno. “Sabía que no había otra opción, esta casa iba a ser un elemento longitudinal desde el comienzo”, agrega Múnera.
Tanto la geometría como la materialidad responden a la necesidad de concebir ambientes cálidos, y no solo modernos o atractivos. Por eso, una de las premisas esenciales era la de reconciliar las funciones del programa con la sostenibilidad ambiental y el confort térmico.
“Esta zona del departamento se caracteriza por bajas temperaturas durante las noches, por lo cual tuvimos que plantear estrategias bioclimáticas idóneas para este lugar, como la orientación y la apertura o cierre de las fachadas. Pensamos que el confort es indispensable en cualquier edificio, así que parte de nuestro trabajo consiste en asegurar que los espacios que creamos proporcionen bienestar”. Para ello levantaron muros de concreto vaciado de 15 centímetros de espesor, que absorben el calor durante el día y lo liberan a lo largo de la noche.
El papel del concreto
En ese sentido, el concreto, más allá de un recurso técnico o formal, es ante todo un aliado bioclimático. El arquitecto evita que sea encasillado como un material frío y explora un nuevo camino al hacer una casa en concreto cálida y acogedora a la vista. Entre tanto, la madera y la piedra complementan esa estética orgánica integrada al paisaje.
Por último, se observa una serie de detalles constructivos que enriquecen la composición espacial y estética. “Esta casa fue un reto gigantesco porque la estructura queda totalmente expuesta: losas aligeradas, columnas y vigas permanecen a la vista. Debido a ello fue necesario coordinar los elementos estructurales con los muros, y que las columnas quedaran embebidas dentro de la carpintería”.
En pocas palabras, esta casa en concreto, la estructura es también arquitectura. Y el esqueleto del que solemos rehuir los arquitectos se convierte así en el componente principal.