Una casa fragmentada que hereda la arquitectura moderna del siglo XX
Rodrigo Toledo, arquitecto y profesor asistente de la Universidad Pontificia Bolivariana / julio 5 - 2023
Luego de haber vivido varios años en Estados Unidos y de trabajar como arquitecto en Skidmore Owings & Merrill (SOM), una de las compañías de arquitectura más grandes en el mundo, el pereirano Jaime Vélez regresó a Colombia. Hoy, radicado en su ciudad natal, dirige Vélez+Valencia Arquitectos, junto con su socio, el también arquitecto pereirano Óscar Valencia.
El ejercicio profesional de esta firma se enfoca, en parte, en el diseño de casas campestres en las zonas periurbanas de Pereira, donde la sensibilidad por la geografía y el clima del sector se suman a la experiencia acumulada durante los años de trabajo en el exterior. Su obra es fundamentalmente moderna, ya que hereda los valores de la tradición arquitectónica de mediados del siglo XX, que se hace tanto en contextos locales como internacionales.
Vélez+Valencia diseñó esta casa, situada en las afueras de la ciudad, para un hombre soltero con el propósito de mudarse de Bogotá a Pereira. El cliente quería que la vivienda se construyera utilizando el concreto a la vista como material principal, así como también que el proyecto tuviera un solo nivel —lo que representó un reto importante para los arquitectos debido a la geografía en pendiente del lote—, un pequeño establo para caballos y un picadero.
Sobre el diseño de la casa
Durante el proceso de diseño el propietario empezó una relación, situación que los arquitectos debieron atender. Inicialmente pensada para un hombre solo, la casa ahora debería admitir a una pareja y una futura familia.
Para resolver todos los espacios en un piso sobre la reducida explanación de la parcela, propusieron una secuencia de volúmenes articulados y apoyados sobre el terreno en la parte trasera, con el último de estos en voladizo hacia la zona frontal, sobre el talud.
De esta manera, la volumetría no calca la geografía de su emplazamiento y se tienen estancias a nivel de la tierra, mientras la alcoba principal se comporta como un balcón aéreo que flota sobre la pendiente. Debido a las normas antisísmicas vigentes en la región, fue necesario un desarrollo especial para soportar el voladizo. El ingeniero estructural Guillermo Ramírez Cattaneo fue el responsable del diseño del sistema estructural con vigas IP (vigas de acero con sección en forma de H).
La distribución de la obra
La distribución de las áreas de la residencia produce su expresión volumétrica, pues cada ambiente ocupa un bloque específico. En el centro, un cuerpo alargado alberga la zona social, que se vuelca completamente hacia el exterior en sus dos caras más extensas, gracias a puertas metálicas que se esconden en muros dobles al abrirse.
Esta apertura permite una relación visual franca con el entorno, además del paso del viento para garantizar ventilación cruzada y refrescar el interior. A esta barra central se conectan otros tres volúmenes. Uno de ellos contiene dos habitaciones auxiliares que hoy funcionan como cuartos para invitados —en un futuro, serán para los hijos de la pareja—.
El segundo es el garaje, que se vincula directamente con un patio de acceso, y finalmente, la alcoba principal en el último. Todo esto permite vivir la casa en forma fragmentada, de tal manera que nunca se perciba como un espacio muy grande, desocupado.
La piscina y una terraza cubierta por una pérgola se ubican con vista al paisaje lejano. Desde allí, una escalera desciende sobre la topografía y se convierte en una gradería para apreciar el atardecer. La paleta de materiales se limita a concreto expuesto y pintura blanca sobre pañete, lo que destaca la geometría de la casa. Adentro, un pequeño patio separa el salón de un estudio.
En esta obra se asumen los requerimientos de su encargo como un pretexto para producir una arquitectura que se relaciona con la geografía de su entorno en forma contundente. Sus espacios están pensados para el disfrute de una pareja, pero también quedan a la expectativa de una futura familia. Su arquitectura se concibe como un sistema de cuerpos que se ensamblan para dejar vacíos entre ellos, y así promover una vida volcada hacia el paisaje y el clima.
Cinco puntos para destacar
1. Los arquitectos lograron solucionar todas las estancias en un solo piso. Gracias al desnivel en la topografía definieron un espacio inferior como área múltiple adicional.
2. La habitación principal, al estar en voladizo, se habita como un balcón.
3. La zona social está diseñada como un volumen central alargado, al que se conectan los demás cuerpos, con las alcobas y áreas de servicio.
4. El acceso a la casa se da a partir de un patio vinculado a la vista y a la zona social, cuando las puertas de esta se abren.
5. La vivienda fue diseñada teniendo en cuenta la familia futura de sus propietarios.
.muy bonita la casa. Yo voy a cistruir una casa en cerritos. Me gustaría contactarme con ustedes
Luis Evelio. Sería un placer trabajar con usted en un proyecto en Cerritos. Nuestro número 6063131481. Quedó pendiente
[…] Las Palmas, a las afueras de Medellín, la diseñó el estudio antioqueño Plan B como una serie de volúmenes fragmentados conectados por un corredor central, donde cada uno de ellos alberga un ambiente de la vivienda. El […]
Espectacular , los felicito aún no tengo mi casa propia pero es una excelente construcción , cuando la tenga espero que sea así me parece maravilloso