¿Busca una casa de descanso? En Anapoima está el refugio de sus sueños bajo un árbol Samán
Fotografía: Andrés Valbuena. Producción: Ana María Zuluaga / diciembre 21 - 2015
Arquitecto Carlos Campuzano, en Anapoima, Cundinamarca
Haciendo honor a la profesión de su dueño, la casa muestra su estructura desnuda, el suelo, los muros y los cielorrasos construidos en concreto visto color ocre.
Las gruesas tablas, una vez usadas de formaleta y otorgada su textura al concreto, fueron recicladas para convertirse en las puertas correderas que cierran los espacios en los momentos en que se encuentran deshabitados, tanto en la zona social como en las habitaciones.
La casa gira en torno a un patio central, el cual se convierte en su corazón visible una vez el sol se esconde y se lleva consigo la vista lejana. En las horas del día este patio, junto con las dobles alturas y las perforaciones en los muros, estimula la ventilación y la brisa a través de todos los espacios, abiertos, horizontales y frescos.
La piscina, un pliegue en el suelo de borde infinito, desdibuja completamente el fin de la casa y la une a su vista, siempre bajo el resguardo del viejo samán.