Si algo tienen en común todas las profesiones en la cultura actual es el interés por la sostenibilidad. Desde el capitalismo consciente —que promueve el bienestar de las personas, la sociedad y el medioambiente, más allá de la rentabilidad— hasta la proliferación durante las últimas décadas de leyes que protegen los recursos naturales en varios países del mundo, la sostenibilidad, entendida como un asunto ambiental, social y económico, se ha convertido en un eje que atraviesa la actividad humana. 

El campo de la arquitectura no ha sido ajeno a esto, ya que es un escenario de iniciativas que incluyen certificaciones como LEED y BREEAM, al igual que una multiplicidad de proyectos arquitectónicos que buscan una gestión adecuada de los recursos energéticos que necesitan para funcionar. 

Muchos de estos proyectos promueven lo que se ha denominado una forma de vida off the grid (fuera de la red), en la que las construcciones son completamente autosuficientes, puesto que están desconectadas de toda infraestructura de servicios.

Si bien esta es una opción, algunos arquitectos piensan que la sostenibilidad no debería ser sinónimo de aislamiento o incomodidad. Aquella idea romántica del ermitaño que cultiva su propia comida y produce su propia energía le ha dado paso a una noción de sostenibilidad volcada al intercambio social y económico. 

En ese sentido, obras como la Casa Sin Huella, de la firma A-01, dirigida por el arquitecto alemán Oliver Schütte, exploran la idea de la sostenibilidad en arquitectura como un sistema que forma parte de una red cultural y técnica que trasciende a la arquitectura misma. 

Recientemente, Schütte vino a Colombia para participar en el Seminario Internacional de Edificaciones Sostenibles y NetZero, así como en Construverde, el evento más importante sobre construcción sostenible en el país.

El arquitecto alemán habló con AXXIS sobre su proyecto y su investigación, y acerca de cómo aplicar sus principios en futuros desarrollos de vivienda sostenible de bajo costo en Latinoamérica.

Detalles de la creación de Casa Sin huella

La firma A-01, con sede en Costa Rica, ha tenido una colaboración activa con el gobierno de ese país para descarbonizar el territorio nacional, gracias a su enfoque interdisciplinario. Se trata de una gestión que involucra asuntos referidos a la construcción, pero también aborda problemas asociados a la educación para hacer un cambio en la cultura. 

Así, el primer prototipo de la Casa Sin Huella se construyó en la localidad de Ojochal, en Costa Rica. Este modelo de vivienda pone a prueba una forma de vida doméstica descarbonizada digna, sin necesidad de renunciar al confort, al mismo tiempo que es un recurso que alimenta la investigación que lidera Schütte.  

La arquitectura de esta propuesta se define a partir de un núcleo central que contiene la cocina, los baños, un cuarto de lavado y armarios. En torno a este se construye un habitáculo que alberga dos alcobas, un comedor y un salón. 

El sistema estructural de esta primera versión se construyó en acero, mientras las fachadas se diseñaron como celosías abatibles de madera que, al abrirse y cerrarse, controlan la ventilación del espacio y su relación con el paisaje exterior. 

“El proyecto se diseñó por capas, lo que nos permite concebirlo de tal forma que se puedan utilizar diferentes materiales, según su disponibilidad y eficiencia en términos de sostenibilidad”, explica Schütte.

Este principio ha conducido a que en los actuales prototipos se emplee madera de teca laminada para la estructura en lugar de acero, ya que sus procesos de fabricación tienen un menor impacto ambiental.

El propósito de la casa

La casa construida en Ojochal logró una reducción del 40 % en su huella de carbono, gracias a las estrategias bioclimáticas que se implementaron en su diseño y al uso de calentadores solares para el agua, ubicados sobre la cubierta.

Por otro lado, la construcción se hizo con mano de obra de la región y sin importar elementos, lo que contribuyó a la economía local y, a la vez, garantizó el apoyo a la comunidad de la región. 

No obstante, la Casa Sin Huella está conectada a la red de servicios públicos, pues en este caso en particular, tanto las redes de acueducto como de energía en Costa Rica son de fuentes limpias.

“Cada caso requiere una respuesta específica (…); en este momento, estamos implementando lo que hemos aprendido en Costa Rica para un proyecto Sin Huella en Alemania, que se está conceptualizando como un edificio más urbano, de cuatro pisos, donde el núcleo de servicios es ahora vertical y las fachadas deben responder a los cambios significativos de temperatura entre el verano y el invierno».

«Esto hace que ya no sean celosías abiertas, pero sí deben seguir un principio de adaptabilidad al contexto que les permita abrirse y cerrarse al ritmo de las estaciones en el año”.

Los últimos proyectos de A-01 han logrado una descarbonización del 80 % al compararlos con construcciones tradicionales. El 20 % restante se compensa con los calentadores solares de agua.

La Casa Sin Huella no es simplemente un objeto arquitectónico, pues no se trata de un modelo para reproducir sin alteraciones en cualquier sitio; por el contrario, este proyecto es un vehículo para la investigación en curso de Schütte y su equipo, que les ha permitido encontrar una forma de diseñar y construir.

Esto permite que no solamente se entienda la sostenibilidad como un asunto ambiental, sino que además se aplique el principio de adaptabilidad para generar una arquitectura diversa, que aprende de cada lugar donde se construye y se inserta en la economía local y el tejido social. 

Oliver Schütte propone una colección de casas sostenibles, pero también piensa que esta iniciativa debería dar pie a una discusión sobre vivienda digna y sobre las acciones que los sectores público y privado deberían abordar para crear mejores ciudades. 

La Casa Sin Huella es un experimento en constante evolución, arraigado en la idea de un cambio cultural para la descarbonización del mundo.

Cinco puntos para destacar 

1. Oliver Schütte es un arquitecto alemán que, con su estudio A-01, ha liderado el desarrollo de la Casa Sin Huella, una investigación sobre la descarbonización de la vivienda.

2. A-01 ha trabajado con el gobierno de Costa Rica para la descarbonización del país.

3. El primer prototipo, construido en una localidad de Costa Rica, se definió como un espacio que puede abrirse y cerrarse gracias a sus fachadas.

4. Mientras que en el primer prototipo construido se alcanzó una descarbonización del 40 % al ser comparado con una construcción tradicional, en los últimos ejercicios se ha logrado hasta un 80 %. 

5. Lo que se debe reproducir de la Casa Sin Huella no es solo su arquitectura, sino también sus principios, pues lo que propone Oliver Schütte es una manera de diseñar y construir que se adapte a cada lugar.