Este es el sorprendente nuevo centro de investigación y desarrollo de Huawei en Nanjing, China
Rodrigo Toledo, arquitecto y profesor asistente de la Universidad Pontifica Bolivariana / marzo 30 - 2020
Construido en la ciudad china de Nanjing y con un área de casi 150.000 metros cuadrados, el nuevo centro de investigación y desarrollo de Huawei es fruto de seis años de trabajo de AECOM, empresa de servicios de infraestructura.
Esta sede de la multinacional china está asentada en un terreno inclinado y aprovecha la pendiente para generar un sótano para laboratorios y parqueaderos y un semisotano que alberga una cafetería para empleados y un área de recepción –que sirve también como espacio para exhibiciones–. Con esta estrategia liberan el nivel de acceso del lujo vehicular pesado y lo destinan a la implementación de vías de servicio, pequeñas plazas y jardines.
El proyecto está dividido en tres cuerpos con plantas de 2.000, 3.500 y 5.000 metros cuadrados, respectivamente. Esto permite
conformar espacios de trabajo a diferentes escalas. La conexión de todos los volúmenes se da en el quinto piso mediante corredores, dotados de zonas de uso compartido, como un gimnasio, un área para conferencias y una biblioteca.
Abajo, en el segundo nivel, los puentes cubren dos plazoletas aéreas que se asoman sobre la calle. La expresión general del edificio define una silueta horizontal, una especie de torre inclinada y fragmentada que conserva la escala urbana en la que se inserta. Además, sus fachadas acristaladas minimizan el peso visual de la edificación y remiten a la arquitectura corporativa propia del movimiento moderno.
La geometría sinuosa del proyecto crea un perímetro sin aristas, donde balcones curvos complementan las oficinas con lugares para el descanso a cielo abierto. Cada uno de los tres volúmenes tiene un patio -Courtyard in the Wind- y que controla la humedad en la edificación e introduce la luz del sol en los ambientes interiores.
En ellos hay zonas comunes destinadas al encuentro. Su interior propone ambientes abiertos. El sistema estructural de
pórticos –columnas y vigas– facilita la libre distribución y modulación del espacio. Gracias a esto, cada planta se adapta a sus requerimientos específicos de uso, con la flexibilidad necesaria para transformaciones futuras.
A su vez, el paisaje arquitectónico interior de este centro lo definen superficies blancas, pisos de madera, estructuras metálicas expuestas y escaleras flotantes. Por otra parte, el uso de colores vivos en el mobiliario y las zonas de ocio se comporta como
una estrategia de señalética que, a través del contraste, diferencia la vocación de cada espacio. Finalmente, en la cubierta del edificio hay un jardín desde el que se disfruta del paisaje urbano.
Esta obra promueve el movimiento de sus habitantes. Rompe su masa para recibirlos en atrios abiertos, los conduce por medio de escaleras que suben por grandes vacíos de cinco pisos de altura, los acoge en patios acristalados, los acerca al viento en sus balcones y los reúne en una pasarela suspendida en el aire. Lejos de las formas convencionales de la arquitectura de oficinas, acartonadas y estáticas, el centro de investigación y desarrollo de Huawei le da cuerpo a la interacción social en un edificio en el que lo importante es lo que se construye sutilmente.