Esta cocina bogotana de ensueño está adecuada con libros y arte
María Juanita Becerra / marzo 18 - 2020
Situado en un edificio moderno del norte de la capital, este apartamento transforma el concepto de loft al incorporar una biblioteca en la cocina. La idea proviene del gusto de sus dueños por la lectura. Para ello, el arquitecto bogotano Esteban Duque –gerente de la firma Duque Arquitectura– optó por hacer de la alacena un mueble que no solo permite conservar alimentos y guardar enseres, sino que aloja una profusa colección literaria. Así, el área social –que incluye cocina, comedor, sala y biblioteca– se enriquece con la presencia de libros de distintos géneros.
Organizado en tres niveles, el apartamento cuenta con terraza y patio interior, aparte de las zonas privadas y sociales. La remodelación giró en torno a dos espacios principales: la cocina y la terraza. Ambas modificaron su geometría para proporcionar nuevas actividades de acuerdo con la vocación de cada una. En la terraza introdujeron un mobiliario sofisticado –como las bancas corridas y el quemador de gas en concreto pulido– a la vez que cambiaron la disposición del BBQ. Entre tanto, renovaron la cocina por completo a partir de un concepto novedoso, pero no por eso menos atractivo.
Por otra parte, algunas obras de arte irrumpen en los espacios para aportar visos coloridos y vibrantes. Son piezas en su mayoría de artistas locales –algunas de ellas adquiridas en eventos como la Feria del Millón y ArtBo–, cuyos contenidos son afines a las corrientes posmodernas. En conjunto, arte y literatura brindan un carácter muy definido a esta vivienda.
Sobresalen también los materiales utilizados, como la madera de sapán de los pisos y el mobiliario, y el mármol silver blue del mesón de la cocina. Este último destaca al darle continuidad al azul bondi de la pared de enfrente. En general, la paleta de colores es sobria, no obstante incluir toques intensos para balancear la atmósfera. Así, los tonos fríos y cálidos se combinan sin ser excluyentes; se trata de lograr un contraste adecuado y armónico.
“Uno de los grandes desafíos del proyecto radicó en la pintura de los muebles de la cocina, que debía soportar el calor emanado por los alimentos durante la cocción. Escogimos una bastante novedosa llamada Corev, que tiene la cualidad de ser resistente a la humedad, pero con un proceso de aplicación bastante complejo”, comenta el arquitecto. El resultado final es excepcional, de ahí que se hayan inclinado por esta alternativa pese a las dificultades relacionadas con su utilización.
Otro de los elementos que cabe destacar es el patio interior, por medio del cual la luz natural entra en el hall de habitaciones y el estudio. Grandes ventanales iluminan estos espacios, al tiempo que entablan un diálogo entre interior y exterior. Si bien forma parte de la arquitectura original del apartamento, tras la remodelación se potenció su vitalidad, gracias a que sembraron plantas a lo largo y ancho de sus muros. Con ello, la exuberancia de la vegetación bañó de verde este lugar tan encantador como privilegiado.
En cuanto al mobiliario, en esencia de corte clásico, se caracteriza por las texturas rugosas y los colores neutros, que buscan compaginar con el ambiente. En definitiva, este proyecto refleja la personalidad de sus dueños a través de la presencia de objetos importantes en su historia, como la biblioteca y, por supuesto, los libros.