Deep Time Palace, un edificio en el que el concreto va más allá de lo estructural
Rodrigo Toledo / octubre 18 - 2023
Generalmente, asociamos el concreto con lo inacabado. Debido a su uso en la construcción de estructuras de soporte, es común creer que este es un material innoble que debe quedar oculto. Sin embargo, a lo largo de la historia de la arquitectura, el concreto u hormigón se ha empleado ampliamente como elemento constructivo, estructural y expresivo de los edificios, desde el Panteón Romano hasta la actual obra del chileno Alejandro Aravena, pasando por ejemplos singulares de Le Corbusier, como el Convento de La Tourette y el Pabellón Philips.
Al ser una pasta que se endurece, las propiedades plásticas del concreto —su capacidad para ser moldeado— permiten explorar formas que difícilmente pueden lograrse con ladrillos, paneles u otros materiales de construcción.
Además, las arquitecturas fundidas en hormigón suelen ser autoportantes, gracias al refuerzo de acero que llevan. Así, las posibilidades que ofrece resultan en espacios cuya forma es al mismo tiempo la estructura, ya sea en grandes bloques macizos o en cascarones ligeros y delgados.
Deep Time Palace en concreto
El Deep Time Palace, ubicado en la ciudad china de Changchun y diseñado por la firma local Wutopia Lab, es un nuevo edificio que complementa el museo del Palacio Imperial de Manchukuo.
Desde el punto de vista urbano, el proyecto entrega una plaza pública sobre uno de sus frentes, que antecede su acceso; de este modo, la obra se prolonga en el extremo opuesto para conectarse con una de las construcciones del complejo museístico.
Una cubierta ondulada, vaciada en hormigón, sobre la cual sembraron grama y arbustos, cobija la totalidad del espacio. Además, perforaron la placa en puntos estratégicos, donde aparecen domos acristalados que introducen luz natural al interior.
Una vez adentro, los visitantes atraviesan un vestíbulo donde la luz cenital se refleja en las superficies ondulantes de la cubierta, que se pliega para convertirse en muros. La espacialidad interior orienta la mirada hacia arriba, gracias a los tragaluces de forma ojival y las ventanas situadas muy por encima del nivel de los ojos. Parece que se tratara de un templo, más que de un museo.
En las salas de exhibición, se revistieron las superficies de concreto con chapa de madera, lo que crea un contraste con la materialidad del vestíbulo al conservar la geometría curva de los muros y techos.
En este proyecto, el concreto trasciende su condición estructural inherente para convertirse en la arquitectura misma. Sus pliegues permiten cubrir grandes distancias sin la necesidad de apoyos, pero simultáneamente hacen que el espacio aparezca inundado por el resplandor del sol.
Sencillamente hermoso , no iría a ver solamente la exposición si no la extructura