El diseño de este restaurante en Bogotá es una experiencia sensorial
© Mónica Barreneche. Fuente: El Buen Ojo / agosto 10 - 2023

El arquitecto Miguel Silva Chereau (1919-2005), de origen chileno, fue uno de los profesionales que experimentaron la apropiación del movimiento moderno de los años cuarenta en Latinoamérica. Radicado en Bogotá, Silva Chereau diseñó la casa donde 69 años más tarde, de martes a domingo, un movimiento de platos, fogones, cerámicas de La Chamba, cuadros al óleo y acrílico, esculturas de barro y mucha vegetación marcha al ritmo de la palabra “oído”.

Esta vivienda, que parece haber salido de una película del mid-century californiano —ladrillo largo y blanco, una sola planta, ventanas enrejadas horizontales y grandes patios—, conserva esa esencia clásica de la arquitectura que se desvanece en las zonas tradicionales de la capital del país.

“Caminando por el barrio, pasé por el frente y me detuve. Supe de inmediato que esta sería la casa de Río”, cuenta María Alejandra Iregui, una artista bogotana que, por cuestiones del destino, se convirtió en empresaria, restaurantera y cofundadora de Río, el restaurante protagonista de esta historia.
La experiencia del diseño del lugar
Tanto su diseño como su comida se disfrutan por tiempos. En el primero, comenzamos con los platos crudos y los materiales fríos. Ceviches de pescado, cangrejo y carantanta, tartar de tomate y tiradito de maracuyá, por nombrar algunos, se sirven a la par en superficies de concreto, mármol, vidrio, acero, piedras de río y ladrillo, que sobresalen en espacios como la barra larga que da la bienvenida a Río.

“La casa estaba lista para recibirnos, pero como no queríamos que perdiera su esencia, las reformas que incluimos se limitaron a abrir un poco los espacios, continuar con la mampostería existente, cambiar los accesos y vestirla de colores y materiales más contemporáneos”.

El segundo tiempo es de parrilla, carbón, fuego y experimentos culinarios a cargo de los cuatro genios que están detrás de la cocina colectiva —los chefs Brayan Rúa, David Arango, Daniel Muñoz y Santiago Abaúnza—, de la cual María Alejandra se enorgullece. “Somos una familia sin jerarquías; la cocina está abierta y el equipo, expuesto. Nos gusta compartir y, sobre todo, atender a los comensales”.

Esta calidez se lleva al espacio, donde maderas, luz cálida indirecta y nichos orgánicos —inspirados en escenas futuristas y vernáculas de la película Star Wars— reciben al comensal tanto en el salón principal como en los corredores que guían a la cocina.

Finalmente, en el tercer tiempo sirven, en calma, postres elaborados con el mismo detalle que las entradas y la parrilla. Cuajadas de guayaba y merengue de Baudilia maridan a la perfección con el gran patio abierto y transversal a la casa, que ofrece una vista del jardín tropical.

A esto, y como digestivo, hay que sumarle el despliegue de arte contemporáneo, curado por el galerista Steven Guberek, que recorre todo el espacio. Piezas de Christian Abusaid, Juan Uribe, Héctor Madera, Camila Barreto y Javier Morales Casas entran y salen de paredes y nichos con el mismo movimiento con el que meseros, bartenders, hostess y cocineros fluyen al ritmo de un lugar que calienta la fría capital colombiana.
Digno de visitar, admirar y disfrutar
Muero por ir!!! He oído hablar mucho del Rest!