Este edificio en Japón está inspirado en la forma de un árbol, cada nivel es distinto
FOTOGRAFÍA: VINCENT HECHT, CORTESÍA AKIHISA HIRATA TEXTO: RODRIGO TOLEDO / septiembre 18 - 2020
Ubicado en Tokio, Tree-ness House es un edificio de apartamentos y galerías compuesto en función de una estructura que pretende simular los elementos de un árbol. Así, el tronco, las ramas y el follaje son traducidos en una serie de cajas, en pliegues que se convierten en ventanas y en vegetación sembrada en las fachadas.
El apilamiento irregular de los volúmenes estructurales de concreto, que albergan las residencias, produce una espacialidad diversa en la que un vacío central articula todas las viviendas y define el punto fijo de circulación vertical. La materialidad homogénea de la construcción le confiere una imagen pétrea y gris.
La geometría ortogonal de las cajas se rompe con una serie de pliegues sobre las aberturas de la fachada, que contienenjardineras y, en algunos casos, sirven como pequeños balcones. No existe la planta típica, cada nivel es completamente diferente en su configuración y distribución.
Los espacios interiores aparecen de forma escalonada y fragmentada. En ellos, el hormigón predomina sobre los acabados y revestimientos como la madera y el estuco, que permite tener muros blancos y lisos. De alguna manera, la complejidad en la forma del proyecto reproduce los espacios intermedios, esos entre lo público y lo privado, propios de los barrios residenciales. A diferencia de una torre en la que cada piso se replica uno encima de otro, aquí aparecen terrazas y balcones que se miran entre sí, pequeños intersticios que promueven la interacción entre los habitantes.
Tree-ness House propone una arquitectura residencial que no se basa en la estandarización, sino en la multiplicidad. La analogía que sus diseñadores hacen con la estructura de un árbol abre un camino para llegar a un resultado heterogéneo en el que interesa lo diferente, no lo repetitivo. Al paisaje construido de texturas y ángulos que ofrece el edificio se anteponen las flores, arbustos e, incluso, los pequeños árboles que siembran los vecinos. Esta obra del arquitecto Akihisa Hirata nos enseña que la vivienda puede ser mucho más de lo que es hoy.