El proyecto era una rehabilitación de un edificio existente situado en un lugar protegido condicionado por numerosas limitaciones. A pesar de estas restricciones, el trabajo de los arquitectos, la firma Pedra Silva Arquitectos, se esforzó por respetar el sitio para preservar parte de su historia.

Cuando comenzó la obra, los arquitectos notaron que el edificio de este hotel tenía varias ampliaciones con soluciones arquitectónicas contradictorias y una mezcla confusa entre elementos tradicionales y modernos. Siendo así, durante el desarrollo de este proyecto, el punto de partida de la firma fue despojar los edificios de su esencia y separar los elementos que querían conservar y los que prefirieron dejar ir.

En esta renovación hubo algunas iteraciones de diseño clave que cambiaron por completo la dirección del proyecto. Una de estas fue el cambio de la entrada principal, desde el centro del edificio hacia el frente del mar. Allí la firma creó un área de doble altura que conecta el paisaje marino y saluda a los huéspedes con esa experiencia de llegada. 

El diseño del hotel

Durante el proceso de diseño, comprendieron la importancia de crear algo distinguible, enfatizando el carácter del espacio. Aunque el edificio existente tenía arcos, estos no tenían expresión significativa y estaban deformados en escala. 

De este modo, los arquitectos les dieron proporción, textura, profundidad y masa para enfatizar la presencia de las paredes y proteger la habitación de la luz solar directa durante los meses más cálidos. Además, se quitaron las ventanas, añadiendo un sentido restaurado de proporción.

Una segunda iteración clave fue la demolición casi completa de un sótano existente en el borde del área de la piscina, que contenía una sala subterránea de usos múltiples. Aunque esto significó una reducción significativa del área construida, permitió una conexión más amplia entre la piscina, que anteriormente había estado rodeada por altos muros por todos lados. Así se el rediseño se convirtió en un ambiente perfectamente acogedor en una serie de niveles interconectados.

Durante el proceso de diseño, varias otras iteraciones ayudaron a dar forma al proyecto, como ventanas más grandes, que fueron una respuesta a los breves requisitos y condiciones del sitio. Los ventanales de mayor tamaño permiten la entrada de luz y aprovechan las vistas, en lugar de optar por los tradicionales huecos de fachada más pequeños, especialmente en las zonas sociales. 

Siguiendo el objetivo de la firma de distinguir claramente entre lo antiguo y lo nuevo, dotaron a estas ventanas de identidad visual y materialidad propias, diseñándolas como cajas metálicas que sobresalían de las fachadas, lo que se convirtió en uno de los rasgos definitorios del edificio.

La distribución de los espacios

El nuevo diseño define una organización de los edificios frente al mar, con un ambiente de estilo de planta abierta que la sesión informativa del hotel requería. La entrada principal, a nivel del suelo, con un espacio de doble altura, incluye la zona de salón y recepción. 

Contiguo a este espacio se encuentran las salas de usos múltiples y servicios de apoyo mientras que en el lado opuesto se encuentran el restaurante, el área de bar y la conexión a un segundo edificio. 

Los ambientes principales, como la sala de usos múltiples, la entrada principal y el restaurante, tienen una conexión directa con el exterior, aprovechando su ubicación privilegiada con amplias áreas exteriores y grandes ventanales que enmarcan el paisaje marino.

El primer nivel incluye principalmente dormitorios, algunos de los cuales siguen la misma distribución que el edificio existente, pero con mejoras que cumplen con la legislación vigente. 

Las principales modificaciones se relacionan con la creación del entrepiso donde uno puede relajarse y disfrutar de las vistas. El sótano de este edificio alberga todos los espacios de servicio, como almacenamiento, áreas de personal y cocina con accesos exclusivos para servicio y entrega.

El edificio de ampliación, donde se ubican la mayoría de los dormitorios, mantiene la misma distribución en la planta baja y el primer nivel, aunque ligeramente modificado para cumplir con los estándares actuales, así como nuevas conexiones con los espacios exteriores. 

En el borde del edificio de ampliación, ocupando parte del antiguo sótano, se crea un nuevo pequeño edificio para dar espacio a un spa, que también está conectado con el área de la piscina y el gimnasio.

Pedra Silva Arquitectos cree importante resaltar la profunda intervención llevada a cabo en las áreas externas, permitiendo a la firma maximizar el uso de los espacios, así como crear flujos que funcionan no sólo desde una perspectiva de diseño, sino también funcional.

En términos de forma, color y materialidad, el desafío era lograr una apariencia que estuviera bien integrada tanto con el edificio existente como con el sorprendente paisaje. Pedra Silva Arquitectos lo consiguió eliminando algunas cubiertas inclinadas y abriendo los balcones, aplicando lamas de madera verticales y paneles metálicos cubriendo las fachadas, reinterpretándolas así en formas y volúmenes más claros. 

El color y la textura juegan con este concepto ayudando a resaltar estos dos tipos de intervenciones: la tradicional, con paredes de colores claros combinadas con ventanas enmarcadas más oscuras y la moderna, con la textura y calidez de la madera combinada con marcos más oscuros. 

El uso de estos materiales contrastantes pero complementarios jugó un papel importante en el desarrollo del diseño del concepto y la integración del paisaje y los interiores.