La ciudad contemporánea se asienta sobre el cambio exigido por el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad. Los distritos creativos son uno de los modelos aplicados para dar respuesta a esta circunstancia por medio del desarrollo de infraestructuras destinadas a la cultura y la creatividad. En el caso de Bogotá, Bronx Distrito Creativo es un proyecto de amplio alcance que apuesta por la transformación urbana y social de un sector que durante años ha sido foco de estigmatización debido a las dinámicas de consumo que presentaba, aun cuando desde sus orígenes fue parte del centro histórico de la ciudad.
Ubicado sobre la avenida Caracas, entre las calles 10 y 9, limita con la plaza de los Mártires y la basílica del Voto Nacional, y comprende edificios catalogados Bienesde Interés Cultural –BIC–, como la antigua Facultad de Medicina de la Universidad Nacional y La Flauta, el primer laboratorio de minas y petróleo del país. “De aquí que el proyecto conlleve un sentido histórico. Inicialmente, estos edificios estaban dedicados al aprendizaje y la investigación; ahora, tras la intervención, recuperarán su vocación, pues se pretende que sean escenario para el trabajo colaborativo entre gremios de artistas y artesanos, así como para la creación colectivade diferentes piezas y objetos”, comenta Margarita Díaz, directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño –FUGA–, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, que se encarga de la coordinación interinstitucional del proyecto.
Asimismo, el espacio de La Milla, que se encuentra en medio de la antigua Facultad de Medicina y La Flauta, y cuya área asciende los 3.000 metros cuadrados, fue devuelto a la ciudad luego de permanecer cerrado por varios años: “El trazado de la avenida Caracas tuvo efectos negativos en esta zona, que desde un comienzo estuvo unida al centro fundacional. Con la construcción de esta vía, un segmento de los bloques que conforman el edificio de la antigua Facultad de Medicina fue demolido, tras lo cual se decidió trasladar la facultad a la sede de la calle 26. Posteriormente, el edificio fue adquirido por el Ministerio de Defensa y convertido en batallón”. Entre tanto, La Flauta –apodo generado por su morfología estrecha y alargada– se abandonó a partir de la década de 1940.
Entre las consecuencias que desencadenó la suma de estos hechos está el deterioro urbanístico y social del sector, que derivó en índices alarmantes de pobreza y drogadicción. No obstante, esta es solo una parte del relato, ya que mientras la mayoría de los bogotanos percibía al Bronx como un lugar aterrador, para los consumidores y habitantes era su casa: “Elúnico lugar donde ellos se sentían seguros y acogidos era este. Es más: para muchos de
ellos, las condiciones en las que vivían y los peligros a los que estaban expuestos dentro de sus hogares eran aún más temibles que el mismo Bronx”, explica la directora de la FUGA.
En términos generales, BDC se divide en dos grandes componentes: los edificios patrimoniales –antigua Facultad de Medicina y La Flauta–, el espacio público La Milla y La Esquina Redonda, una vivienda moderna de principios del siglo XX cuyas cualidades arquitectónicas permitieron que se mantuviera en pie, en conjunto con un nuevo edificio, que será construido sobre el conjunto de casas desmanteladas en 2016. El primer componente se basa en la
recuperación integral de las antiguas construcciones y en la adaptación de sus espacios interiores para el desarrollo de las industrias creativas. Esto implica trabajar en materia estructural, redes e instalaciones, además de los aspectos funcionales y estéticos. “Ya avanzamos en el apuntalamiento de La Flauta y están en proceso los diseños los diseños para la rehabilitación de los BIC y de La Esquina Redonda”, agrega Díaz Casas.
El segundo componente abarca el diseño y construcción de un nuevo edificio que, tal y como los demás que conforman el BDC, está dirigido al desarrollo de las industrias culturales y creativas en conjunto
con La Esquina Redonda, colaboratorio de creación y memoria para promover acciones de creación, convivencia, cuidado, y recuperación de la memoria local del sector del Voto Nacional y del centro de Bogotá. Dentro de este contexto, la corporación CoCrea desempeña un papel importante en cuanto al fomento de la economía cultural y creativa del proyecto. Para ello busca apoyar diferentes iniciativas que tendrán lugar en el BDC, mediante la promoción y desarrollo de las cadenas de valor asociadas a la formación, creación, distribución y acceso de los diversos sectores creativos asociados a las artes.
Todo esto y más será fruto de una Alianza Público-Privada –APP– sin la cual este proyecto no sería posible. Sumando esfuerzos, el BDC marcará un punto de inflexión en Bogotá al transformar una pequeña parte de su tejido urbano y social, y demostrar que todavía existen alternativas para mejorar nuestros sistemas de convivencia e implantación en la ciudad. ■
Las maquetas y perspectivas en sus equivalentes digitales(renders) son fantasías que en décadas pasadas incluso se prohibían en concursos abiertos.
Dónde están los contenidos realmente arquitectónicos expresados en proyecciones de plantas y a!zadas y sobretodo las factibilidades socioeconómicas que tengan en cuenta las necesidades de los verdaderos dueños del Bronx, LOS HABITANTES DE CALLE.