El valor de los jardines, terrazas y patios internos cobró sentido después de haber estado confinados tanto tiempo
Ramon Nivia / diciembre 7 - 2020

«El valor de los jardines, terrazas y patios internos cobró sentido después de haber estado confinados tanto tiempo. Nuestro inconsciente nos reclamó ese contacto con la naturaleza”, afirma el arquitecto y paisajista Gabriel Gutiérrez, de la firma Bosque Arquitectura.
Todos estamos de acuerdo en este punto, la pandemia nos llevó a apreciar con mayor fuerza lo que un entorno verde puede ofrecer a un proyecto arquitectónico, a la experiencia de habitar un espacio.
Aunque muchos desarrollos inmobiliarios le han apostado a este aspecto, como Santa María de los Cerros, al norte de Bogotá, aún hay camino por recorrer, en especial en una ciudad donde los metros cuadrados para construir son escasos y las empresas buscan sacar el mayor beneficio económico, en detrimento de este tipo de puntos.
«El diseño comienza con la experiencia humana. Al tener en cuenta las necesidades físicas, mentales y emocionales de las personas, utilizamos enfoques arquitectónicos y paisajísticos centrados en el ser”, comenta Gutiérrez. A esto, Ramiro Olarte y su equipo en la firma Soluciones Paisajísticas y Arquitectónicas agregan que «es evidente que la relación de los seres humanos con la naturaleza aporta y mejora la calidad de vida, desde pequeñas escalas como el contacto con las plantas, hasta las vivencias en espacios colectivos que nos hacen parte de la comunidad”.

RAMIRO OLARTE
Asimismo, para Olarte es relevante aclarar que, si bien existen «diferentes tipos de usuario, también se encuentran diversos estilos de paisajismo según la escala de la intervención.
No es lo mismo crear una terraza o jardín privado a un espacio comercial o urbano, ya que los requerimientos son puntuales según el uso para el que sea concebido el diseño. La sensación que se busca generar no va a ser la misma debido a la percepción que puede tener un individuo o un colectivo”.
Está claro que cada proyecto es único y que sus características cubren desde su punto de implantación hasta su función; por ello, «el arquitecto debe comenzar por estudiar el territorio y definir si el paisajismo debe complementar a la arquitectura o viceversa.
Pero en síntesis, el diseño del paisaje trae consigo un anhelo inconsciente de nuestra relación con la naturaleza, y las consideraciones finalmente parten de las emociones que queremos crear”, dice Gutiérrez.

que complementen la arquitectura.
En este campo se pueden componer entornos con un fin funcional o simplemente contemplativo, los dos igual de importantes.
Para Gutiérrez es vital –más aún en situaciones como la que vivimos actualmente– que las personas den el mismo valor de sus espacios interiores a los exteriores: «Se debe entrar en relación con el jardín y, de ser posible, hacerlo parte de la construcción. La casa, nuestro refugio, es el reflejo de lo que somos, no la podemos descuidar”.
Como consejo, Gutiérrez expresa que se debe tener simplicidad en la arquitectura, pero «abundancia en la naturaleza”. Por su parte, para Olarte «pueden ser diez o dos las especies usadas en un diseño paisajístico, pero lo importante es buscar que estas tengan una buena correlación en la conformación de unidades de paisaje sostenibles y que aporten según las necesidades de los usuarios”.

Las personas deben generar un ambiente «que involucre la presencia de la naturaleza en el hogar, para mejorar la calidad de vida y resaltar las cualidades arquitectónicas de los espacios”, apunta Olarte. Con esto y debido a la pandemia que hemos vivido, es evidente que el medioambiente demuestra su relevancia, tanto en los lugares privados como en los públicos. ✱