En arquitectura, ¿el tamaño realmente importa?
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noviembre 26 - 2021

Quizá una de las variables más importantes en la arquitectura –sea doméstica, pública o institucional– es el área. La cantidad de metros cuadrados de una construcción está relacionada directamente con una serie de factores económicos, operativos e, incluso, legales, que definen la viabilidad del proyecto. Por un lado, el presupuesto de obra de una edificación se cuantifica en función del valor de construcción por metro cuadrado. A su vez, cuando se trata de un ejercicio inmobiliario, el precio de venta por metro cuadrado es el estándar para medir y comparar la oferta de vivienda en todo el mundo. Además de esto, los honorarios del diseño arquitectónico y estructural, así como de los estudios técnicos, suelen estar vinculados con el área construida. Finalmente, los planes de ordenamiento territorial –POT– de las ciudades en Colombia son instrumentos legales que, entre muchas otras cosas, limitan cuánta área se puede construir en un determinado lugar, con el fin de controlar el desarrollo urbano. Cuando habitamos un espacio percibimos el área como el tamaño de la edificación. La escala de un edificio suele estar asociada a la forma como este se usa. Así, un aeropuerto requiere una gran superficie para conducir los flujos que lo atraviesan y albergar a los usuarios, mientras que un refugio de montaña necesita estancias recogidas para proteger a sus habitantes de las inclemencias de la intemperie.

La escala determina en gran medida el carácter y la espacialidad de la obra, y es un criterio de diseño que permite establecer múltiples maneras de habitar. Un ejemplo de esto son las nuevas tipologías de vivienda que han aparecido en el país. Debido al costo de la tierra, en Colombia el precio del metro cuadrado se ha incrementado considerablemente durante los últimos años, lo que a su vez repercute en el tamaño de las unidades que ofrece el mercado inmobiliario. Esto contribuye a la construcción de apartamentos familiares con áreas menores de 70 metros cuadrados, pero también a la aparición de modelos de habitar como apartaestudios para solteros o parejas sin hijos. Las nuevas formas familiares y hábitos urbanos se han reflejado en cómo vivimos. Por otro lado, el tamaño de un proyecto arquitectónico afecta su distribución espacial.

deben recurrir a novedosas
estrategias para aprovechar al
máximo el espacio.
Cuando no se dispone de mucha área, los arquitectos deben recurrir a estrategias que permitan aprovechar el espacio de una forma inteligente y eficiente, como la reducción de las circulaciones, la definición de ambientes flexibles para usar de maneras diferentes durante el día y la creación de mobiliario multipropósito. Las obras pequeñas implican un reto a la hora de albergar los usos cotidianos. Al contrario, el exceso de metros cuadrados puede producir lugares baldíos y desprovistos de propósito si desde el diseño no se entiende su carácter. Si bien la escala es un factor fundamental en el espacio habitable, la buena arquitectura puede aparecer en cualquier tamaño, desde la reforma de un baño social hasta los planes maestros en el urbanismo. Asimismo, es posible acceder a ella con cualquier presupuesto. En esta edición de AXXIS revisaremos un abanico de iniciativas de diversas escalas, programas y presupuestos con la intención de revelar los retos inherentes a sus limitaciones de área y entender cómo la calidad es un valor transversal en ellos. Con el usuario siempre en el centro del proceso, estos proyectos nos enseñan que todos podemos vivir bien, sin importar el tamaño de nuestro espacio. ■
