Estos son los mejores espacios restaurados del país
Texto: Camilo Garavito. Fotografía: Iván Ortiz. Cortesía de las firmas / junio 5 - 2019
Abrir la puerta, encender la luz y encontrarse con un espacio amplio, reflectivo, claro e iluminado o, por el contrario, internarse en un lugar recogido, cargado de texturas y colores cálidos y neutros, con elementos de madera, telas y fibras naturales. Pasar los dedos sobre la pared y sentir su textura lisa, fría e impenetrable o hallar una superficie áspera, rugosa y difícil, o quizá una suave, tejida y apacible.
Los materiales que componen los ambientes que habitamos, los acabados de los pisos, los revestimientos de los muros, las telas de las cortinas o los vidrios de las ventanas definen y transforman nuestra experiencia cotidiana, lo que vemos, lo que sentimos, lo que percibimos. Ya sea en el baño, en el estudio, en la cocina, en la terraza o en la habitación, la estructura que nos envuelve responde a nuestras costumbres al habitar, al uso que le damos, a sus requerimientos funcionales y, a la vez, nos permite definir, estéticamente, el entorno en el que vivimos.
Conozca la increíble remodelación de este apartamento en Bogotá.
Venimos de una época, hace no muchos años, en la que al definir los espacios que nos rodeaban se imponía el minimalismo. La amplitud, la limpieza, la sencillez y la pulcritud se privilegiaban sobre todos los demás aspectos. Construíamos ambientes prístinos, que en ocasiones llegaban a ser, incluso, incómodos o desprovistos de vida, todo con el fin de ensalzar la luz, la línea recta y el vacío.
Esta tendencia, poco a poco, ha perdido fuerza, ha migrado hacia algo más cercano a la naturaleza, a texturas cálidas, fibras, vetas y vegetación. De la misma manera, también hemos ido pasando de un mundo globalizado, donde todos los sitios (con sus materiales) querían ser iguales, hacia uno más local, que privilegia la identidad, el entorno inmediato, lo artesanal, lo que nos diferencia de los demás. Y con estos dos sutiles pero significativos cambios, las opciones materiales para construir se han cargado de texturas, de naturaleza, de imperfecciones y de identidad.
Los acabados de los pisos, por ejemplo, siguen esta tendencia. Los laminados o estructurados, ambos construidos de madera, cada vez reflejan con mayor orgullo los tonos y las vetas que ofrece este elemento en su estado original. Por su lado, los porcelanatos y pisos cerámicos, de fabricación industrial, dan alternativas para generar esa sensación de contacto con lo natural.
Si bien es a manera de ilusión, con sus gráficos, texturas y colores replican las imperfecciones que hacen únicos a la madera, la piedra y el concreto, y ofrecen sensaciones muy similares pero con ventajas: altísima durabilidad, facilidad de limpieza y resistencia al agua. También están muy presentes en los espacios de hoy las baldosas o azulejos de cemento. Su intensidad gráfica y su historia de fabricación local han hecho que muros y pisos se llenen cada vez más con su carácter artesanal.
Las paredes expresan con más frecuencia su contenido estructurante a la vista: ladrillo, piedra, tapia pisada o concreto –cuya formaleta suele ser claramente marcada en honor a su proceso de construcción, siempre con el maquillaje o el enchape reducido a su mínima expresión–.
No obstante, cuando el muro visto no es posible, está la opción de la pintura, que planteada a partir de grises cálidos, claros o un poco más oscuros, ofrece esa sensación de hogar. En su defecto, en espacios interiores controlados puede aparecer el papel de colgadura, que retoma cada vez más la importancia de antaño a partir de texturas suaves, fibras, motivos florales y colores neutros.
Las celosías de concreto, madera o ladrillo son variaciones del muro tradicional, que también ofrecen su riqueza material sin tapujos mientras potencian la ventilación, una solución ideal y muy tradicional en nuestros climas cálidos.
Para los techos sigue funcionando el blanco, aunque en condiciones espaciales favorables la madera puede ser aún mejor opción, en esterilla de guadua o alistonada en acabado mate, con su color natural, el poro abierto, las vetas y las fibras completamente expuestas para el disfrute de quien la ve. Y con este tipo de envolvente, tranquilo, agradable, cálido y natural, el espacio se empieza luego a llenar de detalles, con acentos específicos de color (el mostaza a punto de entrar en furor), con terciopelo, fibras naturales, obras de arte e, indiscutiblemente, plantas y vegetación. El hogar, que se puebla así con elementos afines al gusto de quien lo habita, expresa sin lugar a dudas su personalidad.
Variedad de colores
La alta resistencia a la abrasión, característica de los pisos laminados, los hace ideales para ambientes residenciales o comerciales. Además, son tableros de fibras de alta densidad –HDF, High Density Fibreboard, por sus siglas en inglés– con una base de resina que da mayor resistencia a la humedad relativa. En este ambiente de dormitorio se ve cómo el producto recrea las vetas de la madera para otorgarle un aspecto más natural, de refugio, perfecto para la privilegiada vista sobre los árboles.
La empresa Madecentro cuenta con siete colores de pisos laminados en su portafolio: acacia, roble macareno, roble moro, chanul, abedul claro, gris ceniza y roble gris –estos dos últimos son nuevas referencias.
Como la piedra
Los porcelanatos piedra son materiales sellados, hecho que les otorga una mínima absorción de agua, alta resistencia y dureza. Resultan ideales para diversas aplicaciones y cuentan con una gran variedad de texturas y acabados en su superficie, sin que esto afecte su color. Si es una zona húmeda o expuesta a la intemperie, el terminado rústico brinda seguridad; si busca que no refleje el brillo y absorba la luz, el mate es el adecuado, y si quiere un ligero brillo para superficies de tráfico alto comercial, el lapado constituye una buena elección.
Muy acorde con las tendencias, el porcelanato piedra de la compañía Kachel Colombia viene en gran formato rectificado, con medidas de 120 por 60 centímetros, con un espesor de 12 milímetros. Esto último evita los riesgos de curvatura del producto –algo común en tales dimensiones cuando el espesor es inferior–. Finalmente, en caso de golpes en la superficie, las piezas pueden pulirse y repararse sin inconveniente.
Múltiples opciones
Los mosaicos de terrazo de la compañía antioqueña Roca logran una balanceada combinación entre el aspecto de un mosaico tradicional y las virtudes técnicas de una baldosa de terrazo pulida –elaborada con cemento y triturados de rocas como mármol y calizas–. Este producto, pensado para superficies de tráfico alto, como espacios institucionales o comerciales, permite un alto brillo con un mantenimiento sencillo. Acorde con las tendencias de 2019, su fabricación artesanal ofrece múltiples diseños y combinaciones de colores, que posibilitan concebir espacios personalizados, como se logra en este sector del Boho Food Market de Bogotá.
Con un toque ahumado
El proyecto urbanístico Santa María, de la constructora Escalar, rodeado por bosques nativos gracias a su ubicación cercana a los cerros de Bogotá, cuenta con apartamentos de espacios versátiles, que disfrutan de una vista privilegiada. Además, sus terrazas y balcones hacen que el exterior forme parte integral del interiorismo.
En uno de sus apartamentos optaron por el piso de roble europeo Glacial Bay, importado por la empresa J. Albornoz. Su generosa dimensión de 19 centímetros por 1,90 metros permite que el espacio se vea amplio y generoso; además, su tratamiento ahumado y termotratado le da un tono natural, perfecto para esta propuesta donde el entorno es lo principal. Todas estas piezas tienen un proceso de cepillado para generar un aspecto más artesanal.
Un lugar amigable
El diseño de este consultorio pediátrico en Bogotá, realizado y ejecutado por los arquitectos Marcelino Pérez –de Pasto– y René Corredor –de Bogotá–, se define en dos áreas. La primera, que comprende la recepción y zona de espera, presenta colores y materiales que transforman el lugar en un ambiente lúdico, para que los más pequeños vivan un momento agradable –incluso tiene un espacio con juguetes.
El otro punto de este concepto es el área de consulta, mucho más formal y donde el médico permanece la mayor parte del tiempo. Con una paleta de colores entre blanco y nuez, permite que tanto el niño como su acompañante estén cómodos; aquí la iluminación y la luz natural tienen un rol definitivo. Los materiales seleccionados para este proyecto debían ser de fácil mantenimiento, por ello escogieron fórmica en varias referencias para las superficies y los pisos vinílicos Acquafloor, estos dos de la firma Lamitech, y prannas (telas vinílicas) para los tapizados.
Al natural
En este proyecto residencial, en Bogotá, el interiorismo se basa en una corriente clásica, reforzada por sus colores y mobiliario –donde la madera tallada predomina en diversos muebles–. Su gran estudio alberga desde múltiples libros hasta obras de arte, reflejo de las pasiones de sus habitantes. Para este apartamento optaron por un piso de ingeniería de alta especificación, de roble europeo ahumado –o madera maciza estructurada–, de la compañía Divano, el cual refuerza con sus colores y vetas la atmósfera de todos los ambientes, donde la tranquilidad y el descanso son las directrices. Este producto resalta por sus dimensiones: 18 centímetros de ancho por 2,20 metros de largo.
Un ambiente laboral amable
La compañía Duratex aprovechó la construcción de sus oficinas para demostrar la eficacia de sus pisos. En este proyecto emplearon un piso vinílico de gran formato: 91 por 91 centímetros –uno de su más recientes lanzamientos–, junto con nuevos porcelanatos.
Para darle movimiento al espacio optaron por un porcelanato de múltiples colores en acabado envejecido e instalado en espina de pescado, y para bajar un poco el tono y no sobrecargar el ambiente, utilizaron –en otro segmento del piso– un producto que imita con gran realismo la madera en tonos claros –incluso algunas piezas muestran sus nudos.
Al aire libre
Las terrazas del proyecto Vitrum, edificio diseñado en Bogotá por el arquitecto estadounidense Richard Meier –premio Pritzker en 1984–, cuentan con tarimas de la firma Moso, distribuida en Colombia por Hunter Douglas. Este piso, compuesto por tiras de bambú comprimidas y tratadas térmicamente, es idóneo para aplicaciones exteriores e, incluso, puede ser utilizado cerca de una piscina.
Por otra parte, debido a la forma simétrica especial del los listones, el producto puede instalarse por cualquiera de sus caras gracias a su sistema de clip, que permite que esta acción sea rápida y sencilla –sin rastros de tornillos a la vista–. En este apartamento, con interiorismo del arquitecto Gabriel Lian, podría decirse que el piso es el protagonista de la terraza, junto con la generosa vista.
Más realista
El mezclar piezas anchas y estrechas otorga al piso de este apartamento una impresión mucho más natural. De la fábrica belga Balterio e importada para Colombia por la empresa Belcoreal, esta colección Grande Linnen Oak presenta una protección hydroshield para evitar que el agua se filtre entre las juntas, esto hace posible su instalación en cocinas e, incluso, baños. Además, este suelo laminado tiene ultra high definition, que le da contraste, precisión y profundidad a cada nudo y grano de la madera. Finalmente, tiene un formato extra grande y una superficie lacada clara y mate para más realismo.
Como un textil
Tinguazul, proyecto residencial ubicado en Bogotá, compuesto por seis torres de 12 pisos y construido por Isarco, tiene en los acabados una de sus principales cartas de presentación. Para la carpintería arquitectónica utilizaron, como se percibe en los muebles superiores de la cocina, una melamina de la compañía Arauco. Seda Giorno tiene un acabado hilado con estructura natural.
Como parte de su colección Legado, este es “un producto al que se le ve ese hilado que recuerda el trabajo artesanal, sin llegar a ser rústico; en realidad, es muy sofisticado. Además, su color, muy neutro y versátil, es un gris perlado”, explica Sonia Serrano, especificadora de proyectos de Arauco. En esta cocina el acabado otorga calidez, volumen y textura, algo relevante para un ambiente que cada día toma más protagonismo en el hogar.
Trabajo artesanal
Las baldosas hidráulicas de antaño, hechas de cemento, vienen con fuerza este año –ahora están presentes tanto en proyectos residenciales como comerciales–. “Una de las bondades de nuestro producto es que el cliente puede hacerlas con el estilo, el color y en la cantidad que quiera”, explica Patricia Viancha Miranda, gerente de la compañía Viancha Miranda, que este 2019 cumplió 72 años de fundada. Su versatilidad y trabajo artesanal son características que en este momento la gente aprecia y busca. En cuanto a tamaños, manejan desde 10 por 10 centímetros hasta 30 por 30 centímetros, pasando por hexágonos de diferentes dimensiones.
La compañía suministró baldosas para todos los restaurantes del hotel Grand Hyatt, de Bogotá. “Usaron nuestros diseños, pero con colores especificados por ellos. En uno de los establecimientos emplearon uno que llamamos Herradura, que tiene una textura interesante”. Asegura que están en la capacidad de realizar productos con o sin relieves.