Pocas edificaciones de Bogotá son testigos de nuestro pasado colonial. El complejo hospitalario San Juan de Dios abarca un conjunto de edificios cuya construcción se remonta a esa época. Fundado en el año 1723 –como nueva sede del primer hospital que tuvo la capital, San Pedro–, se mantuvo en funcionamiento hasta el año 2001, momento en el que se clausuró debido a una serie de problemas financieros.

En un terreno de 130.000 metros cuadrados, el complejo abarca cuatro grandes edificios ubicados entre la avenida Caracas y la carrera décima, y las calles primera y segunda sur. En 2014, luego de haber sido declarado patrimonio nacional, el Distrito encargó a la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano –ERU– su recuperación. Recientemente se eligió al equipo ganador del concurso para el diseño de su espacio público, que servirá como mecanismo para la integración de los jardines fundacionales y la ciudad.

La Sociedad Colombiana de Arquitectos –SCA– fue la encargada de llevar a cabo el certamen en el que salió ganadora –entre 36 proponentes– la firma De Arquitectura y Paisaje – DARP. Su propuesta consta de cinco áreas de intervención: la alameda La Hortúa, la plazoleta La Hortúa, el jardín fundacional, los jardines entre pabellones y la plazoleta de la Concepción. La alameda La Hortúa plantea sobre la calle primera crear un espacio peatonal rodeado de árboles, articulado con la vía. Esta alcanzará un ancho total de 30 metros incluidos los carriles vehiculares. La plazoleta de La Hortúa, además de la puerta de entrada al conjunto, será una extensión de la alameda. El acceso a este sitio podrá controlarse mediante puertas abatibles y rematará con un jardín que precede el ingreso al edificio administrativo, donde habrá especies representativas de los jardines originales.

En el jardín fundacional confluyen los cuatro edificios principales del conjunto. Se conectarán a través de un paseo cubierto y se articularán con la plazoleta de La Hortúa. Este espacio conservará los árboles existentes y recuperará el suelo mediante franjas de vegetación cubiertas por distintos tipos de plantas a diferentes alturas, como helechos, anturios, alocasias y una colección de orquídeas. Los jardines entre pabellones recuperarán la vocación terapéutica de los fundacionales. Tendrán plantas aromáticas utilizadas popularmente para hacer bebidas medicinales y tranquilizantes, y especies melíferas que atraigan aves e insectos
nectaríferos. En el de fitoterapia habrá especies que han demostrado su eficacia en tratamientos para pacientes con diabetes, y en el de cromoterapia las floraciones serán de diversos colores. Finalmente, la plazoleta de la Concepción, por medio de un juego de niveles que permite distintos usos, soluciona la diferencia de altura entre el hospital y la carrera décima.

Para el cerramiento del complejo los arquitectos proponen un talud inclinado a baja altura, que brindará seguridad sin necesidad de elementos invasivos como rejas. “Esta es una referencia a los antiguos jardines ingleses conocida como salto del lobo, que adaptamos en el San Juan de Dios con el fin de crear un espacio público activo durante el día, pero también en la noche. Esa es, justamente, una de las premisas esenciales”, agrega Jaime Cabal, arquitecto encargado del proyecto junto al magíster en paisaje Jorge Buitrago Gutiérrez, ambos fundadores de la firma De Arquitectura y Paisaje – DARP. ■

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