Arquitectura

La casa Flotante, arquitectura chilena

Fotografía: Leonardo finotti. Textos: Gustavo Hiriart / 
junio 4 - 2014
La casa Flotante, arquitectura chilena
Buscando el diálogo con el paisaje impactante de la costa central chilena, Cristian Undurraga propone dos estrategias complementarias para resolver dos casas de playa: un patio y un puente que lo atraviesa.

La arquitectura implica siempre un artificio, un gesto del hombre que lo separa de la naturaleza en busca de satisfacer una necesidad. Pero cuanto más potente y expresivo es su entorno, más fuerte puede ser el diálogo entre arquitectura y lugar, más impactante podrá ser la respuesta de quien busque intensificar esta relación.

En la costa central de chile, al norte de zapallar, Christian Undurraga proyectó dos casas mellizas en un terreno que enfrenta al océano Pacífico, con una pendiente
de veinticinco metros sobre el nivel del mar. Las condiciones del ventoso lugar, entre montañas rocosas y un mar embravecido, definieron los puntos de partida del proyecto. cuenta el arquitecto que “el sitio reclamaba una decisión arquitectónica radical (…) un nuevo orden en el paisaje”.

La primera estrategia fue atacar el terreno, para lo cual se propuso un patio excavado, definido por gruesos muros de rocas, abierto hacia el noreste y protegido de los vientos provenientes del mar.

El segundo gesto quedó representado en 
un puente, concebido como un volumen que cruza el patio y se apoya en los muros de piedra. este, a su vez, se desdobla formalmente en un prisma de vidrio, que alberga los dormitorios, y en dos vigas de hormigón de 2,40 m de altura y 48 m de largo, de las cuales cuelga la planta alta mediante tensores de acero. esta impactante propuesta estructural permite que tanto la planta baja como la planta alta se liberen de la estructura, y otorga una extrema transparencia y contacto con el paisaje.

View of the studio glass volume

Las largas vigas de hormigón conforman la imagen de las viviendas, son parte de un trazado racional que se contrapone a las montañas y rocas, y dialogan con la línea del horizonte. en ambos extremos de cada casa las vigas se separan del prisma de vidrio,
 y su rol estructural queda en un segundo plano, generando los espacios de acceso y terrazas laterales. este recurso genera una cierta ambigüedad en la comprensión de la estructura del puente, pues da la sensación de que la viga no está apoyada y que por lo tanto la casa flota.

Si se mira la planta del conjunto se nota
 que las casas aparecen colocadas en el terreno de forma escalonada, de manera
que se perciban independientes; además, la organización interior es casi simétrica, lo
 que ayuda a la privacidad de los espacios íntimos que se localizan en los extremos de cada casa. La construcción se vuelca hacia
 el acantilado, liberando el espacio de uso exterior al norte, a la vez que se prioriza la vista hacia el sur. El nivel superior se organiza con un corredor del lado norte, una serie de dormitorios en suite intercalados con pequeños espacios de estar y el dormitorio principal en el extremo. en el centro se ubica la escalera, que abraza el pilar central el cual también contiene el fogón. En el nivel inferior aparece la sala de estar junto
 al comedor, debajo del volumen de vidrio, mientras que la mitad de la zona techada es liberada para uso exterior.

La cocina y el área de servicio quedan ocultas por los muros de piedra que conforman el patio. en todo el interior se usó el blanco para muebles
y equipamiento, destacándose las sillas valdés, diseño chileno en cuero y madera laminada.

Las casas del horizonte logran responder al interrogante de cómo lograr el cobijo propio de un hogar con la necesidad de apertura de una casa de playa, mediante dos estrategias claras y complementarias. La casa Flotante, arquitectura chilena diseño de Christian Undurraga

//revistaaxxis.com.co

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