Aprovechando más de cinco edificios contiguos, incluido un antiguo hotel del siglo XVIII, quiere imponer su estilo mediante el diseño de interiores y una propuesta que mezcla las experiencias locales con un club de miembros global.
Todo en su lugar
Al ser miembro del Hoxton, sus huéspedes pueden sentirse como en casa en más de siete ciudades alrededor del mundo. Todos los hoteles comparten un tipo de diseño similar, pero cada uno tiene un toque que lo identifica. En el de París, las habitaciones fueron comisionadas a la firma Humbert & Poyet, de Mónaco, que le dio un diseño único a cada una de las 172 alcobas.
Los huéspedes pueden usar el hotel todo el día, pasando de la habitación al gimnasio, luego al restaurante, la sala de trabajo y, finalmente, el bar. Todo sin tener que dejar el edificio.