Reconocido como uno de los grandes interioristas en EE. UU., Montoya define su trabajo como una creación muy personal: “No es poner los muebles en un sitio, es pensar y desarrollar un diseño que va a ser único y especial. Es una sorpresa, es como un pintor, si es bueno lleva a cabo unas proporciones muy suaves y hace que el ojo del espectador se encante”.
Esta vivienda, ubicada en Southampton, EE. UU., lugar donde están las casas de descanso de la alta sociedad neoyorquina, está pensada para una pareja con dos hijos que generalmente la ocupa los fines de semana junto con amigos. Entre las modificaciones que el bogotano realizó a la estructura está cerrar la puerta que conectaba el hall de entrada con el comedor, “no quería que ese ambiente fuera lo primero en verse”. Ahora, el hall de entrada es uno de los ambientes más llamativos de la propuesta.
Una luminaria en el techo de gran dimensión sobresale en este espacio, donde es posible tomar las escaleras para el sótano o para el segundo nivel. “Esa lámpara la diseñé como si fuera un árbol invertido, con iluminación en las ramas”. Su propuesta plantea pisos oscuros con paredes muy claras para generar contraste y para que el mobiliario, en gran parte de su creación, sea protagonista.