La arquitectura más allá de lo humano según Mazzanti
Giancarlo Mazzanti / diciembre 7 - 2020
Todo va a cambiar, oímos decir día tras día con la pandemia. No sabemos cómo o de qué manera, pero seguramente habrá dos formas de verlo. La historia lo dirá.
La primera: aterradora y muy cercana al mundo nihilista y globalizado, basada en medidas tomadas desde el miedo, con intenciones claras de controlar a la población con la excusa de la pandemia. Una sociedad basada en el crecimiento y la productividad de la economía como principal y único objetivo. Esto generaría una arquitectura parecida a la actual, pero exacerbada, basada en el control y la vigilancia, en la especulación económica y la individualidad como factores principales.
La segunda: esperanzadora y basada en la confianza y en la proximidad, en especial con la naturaleza que nos rodea, donde la idea de comunidad y bien común sean los pilares de la disciplina próxima a todos. Una arquitectura donde lo humano no prevalezca sobre la totalidad de agentes no humanos que habitan y ocupan el mundo.
Seguramente cambiará nuestra manera de construir la vida social, la noción de espacio tradicional. Ese lugar moderno, aséptico y neutro, basado solo en la eficacia y la productividad como sistemas organizadores, será otro. Esto implicará repensar su sentido actual, uno que le dé cabida a una vida más sostenible e inclusiva.
Replantear la arquitectura más allá de lo humano significa volver a pensar el sentido del espacio actual. Más que un vacío abstracto e infinito donde la materia es lo fundamental, creemos que aparecerá una nueva noción, más parecida a una red de interrelaciones entre los diversos agentes que lo componen, lo que implicará pensar proyectos que valoren de forma igualitaria todas las entidades. Este será cada vez más un lugar de mediación entre los diferentes agentes que definen complejas relaciones de interacción para formar asambleas de seres vivos y no vivos.
Esta idea de espacio podrá ser definida como un fenómeno que tiene cabida entre entidades –agentes– de diferentes orígenes y que coexisten físicamente en un lugar concreto y momento determinado. No será más una condición abstracta y vacía. Será algo más parecido a un fenómeno que propicia acciones entre los agentes que lo componen. En este sentido, la arquitectura es un dispositivo que tiene un fin estratégico « y conecta los diversos actores heterogéneos que componen el mundo.
El objetivo de esta arquitectura deberá ser cada día más el de producir acuerdos entre los habitantes humanos y no humanos, que ayuden a compartir el mundo, y permitan la construcción de una arquitectura abierta, múltiple y plurívoca, en la que no solo las necesidades humanas construyan el espacio, y en el que la arquitectura sea un «agenciador” de los actores diversos para responder a los nuevos retos sociales y ambientales.✱
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