La oficina del arquitecto José María Rodríguez, una vivienda patrimonial en el barrio Teusaquillo, en Bogotá
Maria Juanita Becerra / marzo 30 - 2022
Hace más de una década que el equipo de Rodríguez Valencia Arquitectos trabaja en esta vivienda patrimonial, ubicada en el tradicional barrio de Teusaquillo, en Bogotá. Con ingenio y recursividad lograron adaptar los interiores de acuerdo con el nuevo programa arquitectónico, sin alterar la fisonomía original de la edificación, cuya construcción data del año 1945. “Uno de los desafíos más grandes de este proyecto fue modificar la distribución espacial, según los lineamientos establecidos por el Distrito para la conservación de este tipo de casas. La estricta reglamentación supuso varias maniobras para conseguir ajustarnos a la norma y, a la vez, crear espacios útiles”, comenta José María Rodríguez, arquitecto fundador y director de la firma, junto con su colega Ivonne Valencia.
Aprovechando su carácter doméstico, concibieron los espacios de trabajo como si fueran parte integral de la casa: las áreas, diseñadas para estimular el intercambio y la creatividad, responden a la idea de crear una atmósfera amable para los miembros de la empresa. Estas son completamente abiertas, y los escritorios, además de que prescinden de elementos divisorios, están conectados unos frente a otros. Una chimenea separa las dos naves principales de la vivienda, al tiempo que sirve como punto de encuentro. Y una biblioteca pródiga en libros de arte, diseño y arquitectura alimenta el quehacer de todos los días.Pero eso no es todo: la sala de reuniones incluye una cocina en la que no solo se prepara café, sino que se organizan almuerzos o cenas para compartir como una verdadera familia. Esto explica porqué los arquitectos que forman parte de la empresa se sienten como en casa.
Existe una dinámica especial en el modo de trabajar, pues la relación entre losmiembros del grupo es más cercana gracias a la espacialidad de las oficinas. “En contra de lo que comúnmente se cree respecto a la incidencia de los valores empresariales en el clima laboral, la arquitectura desempeña un papel radicalmente importante en cómo las personas trabajan. Un espacio oscuro o estrecho dificulta el trabajo, y más aún, conectar con los demás”, afirma el arquitecto. De ahí que tanto la organización espacial como las paletas de color y de materiales estén pensadas en función de los habitantes. Más allá de la estética, hay una búsqueda consciente de elementos que hacen los ambientes amenos.
El segundo nivel aloja las oficinas de Rodríguez y Valencia, conectadas a una agradable terraza que posibilita hacer una pausa con vista a la ciudad. “En general, se trata de un espacio silencioso y muy tranquilo en el que conviven aspectos propios del ámbito doméstico y del laboral”. Dentro de laprimera categoría están la cocina, la chimenea y los jardines interiores, mientras que en la segunda se encuentran la sala de juntas y las oficinas.Ciertamente predomina el blanco: “Los pocos acentos de color se hallan en los libros y en unos cuantos cuadros. Ivonne y yo queríamos unambiente neutro, pero acogedor. La manera como trabajamos es una prueba de que lo logramos”.
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