El Festival Internacional de Jardines es el laboratorio más grande de América del Norte de jardinería contemporánea. Creado en el año 2000, se ha destacado por exponer proyectos en Canadá y todo el mundo.

Cada año el festival exhibe jardines conceptuales creados por más de setenta arquitectos, paisajistas y diseñadores de diversas disciplinas. Cerca de 60.000 personas visitaron Reford Gardens en 2022.

Este año, la directora artística del festival, Ève De Garie-Lamanque, invitó a los participantes a imaginar un presente y un futuro que sea ecológica, económica y culturalmente responsable fundamentado en las enseñanzas de las generaciones anteriores.

En su convocatorio se presentaron un total de 134 proyectos de diseñadores de 32 países. Los cinco jardines seleccionados para este 2023 fueron los siguientes:

1. Le jardin des quatre colonnes

Este proyecto por Vincent Dumay y Baptiste Wullschleger de Suecia, Francia, refleja a su vez lo poético y manifiesto. Los creadores esperan que el público descubra soluciones para un futuro más deseable y virtuoso. El propósito de esta obra es crear conciencia sobre la cuestión del carácter finito de nuestros recursos.

El jardín desquatre colonnes es una experiencia que se desarrolla a través del tiempo. En esta los elementos construidos con tierra cruda dentro de un entorno vivo evolucionarán libremente a lo largo de los años.

Sobre la estructura de la obra, su construcción con adobe es una técnica que consiste en compactar tierra mezclada con humedad en capas sucesivas dentro de una carcasa. Lo que convierte en visible lo que normalmente se esconde debajo de nuestros pies. Los fustes estriados están construidos mediante un encamisado tubular que les confiere su forma específica, evocando las columnas dóricas.

2. Maillage

Friche Atelier, Frédérique Allard, Jean-Jacques Yervant y Aliénor de Montalivet, de Quebec, Canadá, presenta una obra que explora las distintas partes de una planta, como las hojas, raíces, flores y frutos. Esto como una representación, en un sentido figurativo, entre dos mundos: el textil y el vegetal.

Friche Atelier transmite el sentido que recobran las plantas desde la antigüedad y su misión primitiva desde los comienzos de las civilizaciones. De hecho la alimentación, protección, curación y vestimenta han sido unas de sus múltiples aplicaciones que han aportado un gran valor para las poblaciones, no solo para sobrevivir sino también para prosperar.

Asimismo, las propiedades tintóreas de las plantas y su uso como colorante de fibras vegetales y animales reflejan un saber hacer milenario.

3. Matière-matière

Sus diseñadores, Marie-Pier Caron-Desrochers, Tristan Morissette de Studio Haricot y Rose-Marie Guévin y Vincent Ouellet, de Quebec, Canadá, comparten mediante su jardín una experiencia intrínseca bajo una relación tono sobre tono. Lo que quiere decir que esta percepción se puede explorar mediante la textura sobre textura y el color sobre el color.

En el diseño del jardín lo componen tres paredes que se doblan, en una dilatación y contracción que les permite convergen y proyectarse. Además, los volúmenes nacen como frutos del sitio, como extensiones de la misma vegetación.

Su estructura esta hecha a partir de hormigón de cáñamo, situada en un sembradío de trigo y una alfombra de mantillo. El propósito de la obra comunica un paralelismo entre las transformaciones de las fibras vegetales y la materialización del espacio.

Siendo así, el proyecto invita a percibir una sensación a través de una materialidad desnuda dentro de un contexto de encuentros extraños.

4. Racines de mar

La obra por Cassandra Ducharme-Martin y Gabriel Demeule de Quebec, Canadá, propone a sus espectadores una reflexión sobre el entorno construido del futuro. Las características de su estructura están diseñadas a partir de madera clara, vista en el marco descubierto. Es por ello que este material permite celebrar la elegancia de la construcción, un sistema omnipresente en América del Norte.

La inspiración de Racines de mer es una atribución a la isla de Læsø en Dinamarca. En esta, debido a sus propiedades impermeables, las mujeres construían los techos de sus casas a partir de una planta marina llamada eelgrass. Las que se cosechaban en las playas y permitían levantar cubiertas que resistían al tiempo por más de trescientos años.

De esta forma, el proyecto ofrece al visitante la posibilidad de descubrir el territorio de Quebec bajo las habilidades tradicionales.

5. S’Y RETROUVER

Sus diseñadores Jinny Yu, Ki Jun Kim y Frédéric Pitre de Ontario, Alemania y Quebec, Canadá, por medio de su obra en laberinto hacen una invitación reducir la velocidad reflexionando en el sistema de raíces como también sobre el poscolonialismo.

Mediante su construcción, la parte superior del muro, a ras del suelo, permite la posibilidad de descifrar el camino antes de entrar en una vista general de la ruta.

Al entrar al laberinto los visitantes llegan a la primera nivel del sistema radicular. En este pueden caminar alrededor de una red compuesta de tierra y trébol blanco, representando el patrón de las raíces de dos árboles unidos por micelio fúngico.

El trébol blanco, al igual que los colonos más antiguos y más recientes, vino de Europa y echó raíces extendiéndose por el continente norteamericano e interactuando con la ecología del suelo nativo.

El proyecto es un rompecabezas con diferentes posibles rutas y callejones sin salida que están diseñados a confundir y desafiar a cada uno de sus exploradores.