La madera tiene el poder de darle lujo y confort a cualquier construcción
Fotografía: Fran Parente, cortesía Patricia Martínez Architecture. / mayo 24 - 2019

Construida en 1990, esta casa de 560 metros cuadrados se posa sobre las montañas de Aspen, Estados Unidos, para apropiarse respetuosamente del paisaje y hacerlo parte de su arquitectura. Tras una renovación pensada para una familia de cuatro miembros –una pareja y sus dos hijos–, la firma brasileña Patricia Martinez Architecture concibió un cálido y acogedor refugio, un lugar ideal para integrarse con la naturaleza y escapar de la ciudad.
Hace 18 años los propietarios comenzaron una actividad que hoy es parte fundamental de sus vidas: viajar con frecuencia a las montañas de Aspen. En una de sus travesías se enamoraron de un terreno en el sector de Snowmass. El resultado de sus experiencias es esta vivienda, que sirve como refugio para los momentos de calidad de la familia.
Para el desarrollo de este proyecto, la firma Patricia Martinez Architecture decidió asociarse con la oficina de arquitectura estadounidense Menendez Architects, puesto que así era más sencillo realizar todo el proceso según los parámetros de la legislación de la región. Juntos concibieron una generosa casa, donde los tonos y materiales cálidos predominan, y donde en la sala de estar una vasta ventana de vidrio, de piso a techo, convierte la blanca vista exterior en parte integral del interiorismo.
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A partir de los requerimientos de los propietarios, la decoración de este proyecto se basa en tonos claros como caramelo, café y blanco. Estos colores ayudan a crear un espacio acogedor, donde el confort es quizá lo más importante.
Ambientes como la zona social, con su generosa altura y sus muros y techos de madera, están concebidos para relajarse y disfrutar plácidamente la panorámica. El lugar está configurado por pequeñas áreas, como el comedor circular para cuatro personas y la sala contigua al gran ventanal, sin olvidar la poltrona junto a la chimenea, ideal para sumergirse en una buena lectura. Aquí el mobiliario parte de los tonos grises para dar un aspecto sereno.
La cocina es un espacio amplio y funcional –cuenta, incluso, con una isla y un comedor auxiliar adosado a la ventana para disfrutar de la vista–. Aquí la madera no se limita al piso y al techo, está también en los muebles para dar ese estilo de cabaña, de tranquilidad. Materiales nobles y tonos tierra cierran la propuesta. Aunque este ambiente está aislado del comedor, se comunica con la mesa para diez comensales por medio de una puerta que, gracias a su carpintería, resulta casi imperceptible. Es, realmente, un trabajo impecable.
El arte es parte fundamental de la propuesta de interiorismo. Las pinturas en las habitaciones para invitados, por ejemplo, son de artistas brasileños como Fábio Miguez y Sérgio Sister. Por su parte, las luminarias son creaciones del artista argentino Julio Le Parc y los brasileños Eduardo Coimbra y Laura Vinci.
El propietario de la casa, un exitoso economista, explica que todo está destinado a combinarse de una manera tranquila, puesto que se preocuparon por traer artículos que los hicieran sentir a gusto, bienvenidos y relajados.
Por su parte, la arquitecta Patricia Martinez se enfocó en formas orgánicas, femeninas, contemporáneas y limpias para el diseño de la casa, tal como lo solicitaron sus clientes. La intención no era crear un espacio de lujo, sino un refugio cómodo y práctico.
Conozca la remodelación de esta casa en Mesa de Yeguas.