Cruz de la Pava hizo real y tangible una propuesta pedagógica: construyó y diseñó dinámicas, sensaciones y experiencias a través de la arquitectura, diseño interior, teorías del color y configuraciones espaciales.
El colegio San Bonifacio de las Lanzas, de Ibagué, ahora cuenta con salones de clase que funcionan como herramientas que invitan a la reflexión, participación grupal, investigación, exploración y la indagación como forma de construir el conocimiento.
Por ejemplo, hay un espacio de escritura en inglés que es una casa roja con mesas color azul menta, “el rojo estimula y ayuda a que los estudiantes tomen decisiones rápido. El azul, el descanso y aumenta la compresión lectora. Fue sorprendente verlos ingresar al salón con la hiperactividad que los caracteriza y después de 10 minutos, atentos”, explicó Camilo Cruz.
También dijo que el naranja oxigena el cerebro y da fortaleza para realizar actividades; el verde sensación de aceptación y ayuda a procesar información compleja.
Los 5 salones para primaria, de 180 metros cuadrados, cuentan también con objetos, materiales y texturas que ofrecen una atmósfera adecuada para cada materia. En ciencias, los niños están rodeados por micro y macro cosmos, células y lámparas que contextualizan el área de conocimiento.
Se trata de un conjunto de formas, acabados y mobiliario a partir de patrones matemáticos y geométricos (triángulos equiláteros y escalenos, intersecciones en rectas, formas trapezoidales, retículas cartesianas y ángulos de 25 a 90 grados), con el fin de estimular el aprendizaje y hacer los espacios altamente dinámicos.
“Tres de las seis estrategias que usamos para crear este tipo de espacios son conectar el conocimiento, crear un lugar que resuene con su entorno y brindar herramientas para que alcancen sus objetivos”, concluyó Camilo Cruz.
Eso no es aci deben cuidar mas las ulas