Raíces constructivas: diseños sostenibles y ecointeligentes
Carolina Lineros Orduz / julio 10 - 2023

La crisis climática y la cantidad de residuos producidos, no solo en la industria de la construcción sino también en otras tantas, han servido como una oportunidad inmejorable para investigar sobre nuevos materiales y volver a trabajar simbólicamente con la naturaleza para hacer frente a esta realidad.

Arquitectos y diseñadores se han reinventado como investigadores de materiales, de flujos de desechos y de economías mundiales para comprender estos complejos sistemas, tipo de pensamiento absolutamente esencial para reducir los desechos y la contaminación en cada etapa de la vida de un objeto, desde la extracción hasta la descomposición.

Si cada producto se evalúa en términos de cuánto desperdicio genera o qué tan breve es su vida útil, esto transformaría la disciplina y el comportamiento del consumidor. Cada vez somos más conscientes de esto, por lo que hemos cambiado nuestros hábitos de consumo y de pensamiento.
Un material amigable con el entorno natural
La tierra cruda ha sido parte de las tradiciones históricas y populares de la humanidad y es el material de construcción más utilizado. Una de las tantas técnicas empleadas con este material es el BTC (bloque de tierra comprimida), que surge de comprimir la tierra en un estado hídrico con una maquinaria especializada, para estabilizarla con una pequeña cantidad de cemento.

“Es un prefabricado no estructural, con características superiores a las de un ladrillo cocido o un bloque: primero, no emite gas carbónico; segundo, es térmico, acústico y ecológico; tercero, es económico, y cuarto, es resistente”, explica el arquitecto Darío Ernesto Angulo, fundador de TierraTec y miembro del Centro de Investigación para la Construcción de la Tierra (CRAterre).

Adicionalmente, el BTC —que viene en diferentes formatos y diseños— es un regulador de humedad, lo cual significa que una construcción hecha con él dará como resultado un espacio más fresco, saludable y confortable. Este material, que es no estructural, suele utilizarse en muros divisorios o de fachada que requieren una estructura de concreto, madera o hierro. Sin embargo, a su vez, es “vulnerable al agua y al impacto, características que pueden solucionarse en el diseño”, afirma Angulo.
Raíces constructivas: diseño y construcción
Así mismo, el retorno a nuestras raíces y a los principios ancestrales, como las antiguas formas indígenas de tecnología, pueden guiar a arquitectos y diseñadores hacia diversas maneras de abordar la crisis ambiental.

Por esto es probable que, como asegura la profesora y paisajista australiana Julia Watson en su libro Lo-TEK: Design by Radical Indigenism (Lo-TEK: diseño de indigenismo radical), los diseñadores nos hayamos alejado demasiado de la naturaleza y de las comunidades indígenas, que tienen una ecointeligencia innata de la que carecemos; ellos son naturaleza y no se consideran separados de esta.

Como ejemplo, la comunidad de los uros, que habita en las llamadas “islas flotantes” del lago Titicaca, en el Perú, crea módulos de ladrillo a partir de la raíz de la totora, una planta nativa emblemática de este sector. La utilizan como alimento y para construir puentes flotantes, islas, casas y embarcaciones.

Es importante entender cómo los seres humanos y los entornos pueden relacionarse entre sí de diferentes maneras. Por esto es probable que, como afirma Watson, “necesitemos una nueva mitología de la tecnología, que se derive de miles de años de pensamiento, en lugar de una de 300 años de pensamiento”.
Más sobre iniciativas sostenibles
No podemos dejar de lado las innovaciones, como las de los materiales para construcción hechos a partir de residuos —otra opción para hacer frente a este problema—. Ese es el caso del estudio británico Blast, nombre que responde a sus iniciales en inglés: Biological Laboratory of Architecture & Sensitive Technology —Laboratorio Biológico de Arquitectura y Tecnología Sensible—.
Este, se ha dedicado a recolectar cartón contaminado por alimentos y otros materiales de desecho para transformarlos en un biomaterial que se puede imprimir en 3D, en piezas únicas de mobiliario y arquitectura. Su trabajo ayuda a tratar 30.000 toneladas de tazas de café desechadas en el Reino Unido cada año, que no se pueden reciclar debido a su revestimiento plástico.

Todas las anteriores son iniciativas desde el diseño y la arquitectura que nos hacen pensar que sí hay opciones para enfrentar nuestro presente y que toda crisis trae respuestas creativas. Es una gran oportunidad para reinventarnos y repensar nuestro quehacer profesional.
Diseños y construcciones extraordinarios felicitaciones
Desearía construir mi casa con este tipo de materiales, me sentiría satisfecha contribuir al medio ambiente, no sé si será costoso, vivo en santa Elena medellin
Hermosos diseños! Pero los arquitectos en ambos casos parece que no trabajaron de la mano con los paisajistas.y muy escazo las zonas de árboles y otras plantas nativas q atenúan un poco la aridez del terreno