La casa, diseñada en los años noventa por el arquitecto Kenneth Payson, de la firma Payson Denney Architects, fue concebida inicialmente con mucha delicadeza y atención hacia los detalles. Por este motivo el mayor reto para Goldstein era respetar la intención original y “al mismo tiempo lograr que la vivienda pareciera que hubiese sido construida ayer y no hace 15 años”, dice.
Sus dueños, que no le habían hecho ningún cambio, decidieron que ya era momento de remodelar los baños, la cocina, el cuarto de la televisión y crear un espacio nuevo para una oficina. También querían renovar las luces de los techos y remodelar la terraza que está justo afuera de la habitación principal, para lo que el arquitecto propuso hacer un jardín con una fuente y que fuera más un lugar para contemplar que para salir. “El clima en Santa Mónica es más bien frío y en esta terraza, por alguna razón, se siente mucho la brisa”, aegura Goldstein.
Y es este jardín elevado, donde antes había un deck, el sitio favorito del arquitecto, pues reinventó un lugar que no se utilizaba y lo convirtió en una prolongación panorámica con vista hacia la costa que proyecta mucha paz e inunda de belleza el espacio interior.
Aunque la casa tuvo varias transformaciones en sus 250 metros cuadrados, uno de los cambios de uso más relevantes fue un clóset que había en el estar y que se convirtió en una oficina. En el primer piso se encuentran las dos habitaciones y los baños; en el segundo están la terraza que mira al mar, la sala, el comedor y la cocina en un espacio compartido, pero seccionado de forma muy sencilla y con un sutil cambio de nivel y de altura de techo.
Toda la carpintería es Douglas Fir y Maple, así que el arquitecto en su reinterpretación quiso mantenerla y utilizarla en todos los muebles nuevos con el objetivo de reflejar la intención original. “Mi cliente quería conservar la esencia de la casa, pero tenía la necesidad de actualizarla sin que fuera un cambio radical”, enfatiza Goldstein.
Su mobiliario también es rico y respetuoso con el espacio: muebles de diferentes partes del mundo, accesorios y objetos de diversas épocas adquiridos en museos, y alfombras con historia refuerzan y exaltan todas las cualidades arquitectónicas de una casa que mantuvo viva su naturaleza, adaptándose a las comodidades y posibilidades de hoy sin ningún desatino.
*Juan Felipe Goldstein es arquitecto de la Universidad Javeriana, radicado en Los Ángeles. Ha trabajado en estudios como Arthur Erikson Architects.