La remodelación de esta casa en Bogotá fue ‘un acto de ilusionismo’
Mateo Arias Ortiz, editor digital de AXXIS / noviembre 21 - 2023

El resultado de esta remodelación es consecuencia de un ejercicio de ilusionismo y teatralidad. La consigna era que pareciera que no se hubiera hecho mucho, cuando en realidad todo cambió. Así lo explican el arquitecto Juan Carlos Hernández Castillo y la decoradora de interiores Karla Córdoba, los líderes de Akron Diseño y Construcción, el estudio que se encargó de llevar a cabo este proyecto.
La historia es esta: un joven bogotano creció en una gran casa de estilo colonial sabanero, situada en el norte de la ciudad. Ahora, que es padre de familia, quiso darles a sus hijos una infancia parecida a la que él tuvo, así que decidió remodelar el hogar en el que pasó sus mejores años. Por su parte, su esposa quería que le imprimieran a la vivienda un aspecto más moderno y actual.

Para lograr equilibrar esas dos posiciones —aparentemente contradictorias— acudieron a Akron, que en sus 22 años de experiencia ya había hecho restauraciones en construcciones consideradas patrimonio arquitectónico, como la remodelación de la Escuela de Diseño y Mercadeo de Moda Arturo Tejada Cano, en el barrio La Merced, en Bogotá, caracterizado por su estilo inglés. En la firma también han trabajado en casas en Anapoima (Cundinamarca), al igual que en el diseño de oficinas, entre otros muchos proyectos.
El objetivo de la remodelación
“En este caso, el reto era conservar la esencia del lugar y que a la vez se viera renovado. Los clientes insistían en que no querían sentir que su casa cambiaba y perdía su espíritu. Y la verdad es que fue una decisión muy sabia, porque estas viviendas, construidas a finales de la década de los setenta por Pedro Gómez, tienen un gran valor arquitectónico”, explican Hernández y Córdoba.
Según ellos, es fundamental respetar la arquitectura original. “No se trata de destruir todo por dentro y volver a hacerlo. La nuestra fue una restauración cuidadosa con la historia y la identidad del sitio, en la que conservamos elementos importantes de la estructura, la distribución y los materiales que predominan en los acabados”, cuenta el arquitecto Hernández.

Si bien lograr ese equilibrio fue el reto más grande, hubo otros en el proceso que no resultaron menores. Por tratarse de una construcción con varios años, fue necesario cambiar las tuberías, drenajes y pañetes, y rehacer ciertas partes de la estructura con metal, en especial la columna principal; adicionalmente, remplazaron la madera y las tejas.
“Además, tuvimos que bajar el nivel de la casa para darles una altura significativa a los espacios”, añade Hernández. Y ahí está lo “mágico” de este proyecto, pues al ver el resultado parece que no se hubieran hecho todas esas reformas. “En un momento dado de la obra, el interior de la vivienda parecía arrasado por una bomba. Meses después, al terminarla, se veía como si nada hubiera pasado”.
Madera y luz: las claves de la calidez
En cuanto al interiorismo, el concepto predominante es la calidez, que se logró a través de la escogencia de los materiales, de los colores y del diseño de la iluminación. “La madera es la protagonista del interiorismo. Los pisos, los muebles y algunos elementos de la estructura están hechos en este material, que evoca la naturaleza y que se relaciona con la identidad del lugar”, explica la decoradora Karla Córdoba.
Es más, para reafirmar esa decisión, Córdoba optó por enchapar en madera el muro principal del comedor. Ese mismo espacio adquirió más amplitud gracias a la vinculación que se hizo entre esta habitación y la cocina, que originalmente estaba cerrada.

Más al fondo, entre la cocina y el garaje, crearon un cuarto de juego para los niños. “Pensé mucho en ellos en el diseño de interiores de este proyecto, puesto que va a ser la casa en la que formarán sus recuerdos de infancia, así que es clave que estén cómodos y felices”.
De hecho, uno de los criterios de la escogencia del mobiliario —que hicieron a la medida, de la mano de carpinteros y artesanos— fue que resultara cómodo para los niños, fuera fácil de limpiar y que estéticamente armonizara con la decoración. Los objetos de diseño, los cuadros y, por supuesto, todas las lámparas y la iluminación arquitectónica se crearon de manera personalizada para esta casa.
“Algo que nos pareció fundamental fue oír con atención lo que los clientes nos estaban pidiendo e intentar guiarlos hacia la mejor toma de decisiones. No queríamos que sintieran que estábamos imponiendo nuestra visión profesional sobre sus necesidades y gustos, sino que los teníamos en cuenta para potenciarlos con nuestro conocimiento y experiencia”, concluyen Hernández y Córdoba.
Para más información, escriba a gerencia.akron23@gmail.com