Esta casa en Mesa de Yeguas es todo lo que necesita para un descanso familiar
María Juanita Becerra / enero 14 - 2020
La transformación de esta casa en Mesa de Yeguas empezó con la idea de remodelar la cocina. Nada más. Sin embargo, después de que el arquitecto Jorge Lizarazo y su socia –y colega– Paula Galarza tomaran las riendas del proyecto, hubo un cambio de planes: decidieron modificar la distribución original para aprovechar las bondades del clima y potenciar el vínculo con la naturaleza.
Así desarrollaron un sistema de cerramiento basado en un entramado de fibras textiles que funciona de manera similar a una celosía, al permitir que el aire circule al interior y la luz natural ilumine todos los rincones. “Estos elementos se derivan del concepto de tejido. A través de ellos buscamos, por decirlo de alguna manera, desnudar la estructura para encontrar aquello que el cliente aspira tener en su espacio personal”, comenta el arquitecto y fundador de la firma Hechizoo.
La restauración de esta cafetería lo dejará boquiabierto, mire aquí.
Lizarazo y Galarza explican que enfrentan los proyectos de la mano con el cliente: “Una condición indispensable a la hora de abordar un diseño, a cualquier escala, es la conexión con los futuros usuarios”. Justamente de la relación entre arquitectos y dueños surgió la idea de generar un vínculo visual y espacial entre la zona social y la piscina. Es más, para el fondo de la última concibieron una especie de tapete de mármol, cuyo dibujo –creación de la artista Luz Ángela Lizarazo– se observa tanto adentro como afuera de ella. Incluso en la noche, las luces relumbran en el agua y reflejan con intensidad los colores de la imagen.
El piso de la sala es una obra de arte, también autoría de Luz Ángela Lizarazo. Aparte de dinamizar este lugar, su diseño permite integrarlo con las demás estancias. “La finalidad de hacer estas figuras consistía en lograr un hilo conductor a lo largo de la casa, un elemento que una y defina su identidad”. Con ello fue posible no solo que las áreas de la zona social armonizaran entre sí, sino que cobraran vida.
Para los autores del proyecto la presencia del color en la arquitectura es clave, pues entabla un diálogo con el espacio, pero en especial con las personas. En cuanto a los materiales, sin duda sobresale el uso del mármol en los dibujos plasmados en el fondo de la piscina; el trabajo de la carpintería es excepcional, la madera de cedro que reviste los muros se convierte en algunos casos en parte del mobiliario –pintado del mismo tono, con la intención de darles continuidad a las superficies–, y el microcemento cubre la gran mayoría de pisos −incluidas las paredes de los baños.
Por otra parte y debido a que los propietarios son dos hermanos, fue importante responder de manera equilibrada a los requerimientos de ambos. Uno de los grandes desafíos fue encontrar soluciones a las necesidades individuales. Por ello buscaron un elemento que agradara a los dos y a la vez compaginara con el estilo campestre de la casa. Esto no podía ser nada diferente a la naturaleza, cuyo diseño es obra del paisajista Germán Carvajal.
Ciertamente, la presencia de vegetación en el interior y exterior de la vivienda hizo los ambientes aún más acogedores. La belleza de las plantas tropicales permea las habitaciones, la zona social e, incluso, los baños. El jacuzzi, por ejemplo, es un espacio independiente de la piscina, desde donde es posible admirar el paisaje. “En mi opinión, este sitio es increíble. Lo separamos con el único objetivo de exaltar la naturaleza”, señala Jorge.
Así, las líneas rígidas de la arquitectura se apaciguan y hacen oda al encanto de este paisaje tropical. Se diría, pues, que este proyecto se fusiona con el lugar de emplazamiento para vivir en perfecta simbiosis con él. ν