La remodelación y restauración tienen el poder de rescatar joyas arquitectónicas olvidadas en el pasado
FOTOGRAFÍA: ADRIEN WILLIAMS, CORTESÍA V2COM FUENTE: CORTESÍA V2COM / septiembre 22 - 2020
Este proyecto, un guion entre pasado y presente, es testimonio de la dedicación de una pareja por honrar el patrimonio arquitectónico de una pintoresca casa en el barrio Plateau Mont-Royal, de Montreal, Canadá.
Compacta y ubicada en un lote con proporciones moderadas –el terreno incluye un pasaje lateral estrecho y un pequeño patio–, la casa original presentaba algunos desafíos para su expansión. Los arquitectos de la firma Architecture Microclimat –fundada en 2013– debían satisfacer el deseo de los clientes de conectar los espacios interiores con los exteriores sin perder el encanto e intimidad existentes. Una tarea nada sencilla.
Para cumplir con los requisitos y necesidades de los propietarios, su respuesta arquitectónica fue lograr un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo con tratamientos de conservación y modernización de las fachadas y de los detalles de la vivienda. La fachada frontal ahora presenta un fino trabajo de restauración de sus características originales, típicas de la arquitectura de Montreal: balcones con herrajes, cornisas exteriores y ladrillo. La rehabilitación de estos elementos reforzó la armonía existente entre la casa y su entorno inmediato, a la vez que arrojó una luz sobre sus cualidades arquitectónicas.
No obstante, la parte trasera presenta un lenguaje contemporáneo que se expresa mediante la adición de una sala de estar. Este volumen, de proporciones acordes con la escala del proyecto, permite una ampliación de la vivienda sin sobrepasar el patio. En esta área, donde el interior se encuentra con el exterior, hay una fuerte simbiosis visual y física entre los dos espacios. La articulación de esta expansión también introduce un juego de terrazas en dos niveles, que optimiza el diálogo con el paisaje sin perder intimidad frente al mundo exterior. En este espíritu de respetar la arquitectura original, el nuevo cuerpo se extiende de forma armónica hacia el lote y agrega privacidad a través de las diversas zonas al aire libre.
La herencia residencial de Montreal
En el interior de la vivienda, la convivencia entre lo antiguo y lo nuevo continúa gracias a los esfuerzos de renovación y modernización de los arquitectos. Su trabajo estuvo centrado, primero, en derribar las barreras entre las áreas para crear un diseño más fluido, de acuerdo con las necesidades actuales de los dueños. Así, la cocina, ahora totalmente abierta, se comunica de forma directa con el comedor. Aquí la adición realizada a la estructura original permite que estos ambientes disfruten de abundante luz natural gracias a las puertas-ventanas, de corte contemporáneo, que los comunica con el patio.
Para respetar la esencia del hogar, los arquitectos restauraron la escalera y otros elementos claves como las puertas de madera maciza, las molduras de yeso y los radiadores de hierro fundido. Estos proyectan un fondo rico y texturizado sobre el que se expresan los acentos naturales y elegantes de materiales como el nogal, el vidrio y el acero. La elección de los acabados, así como la escala de la extensión, hablan de la precisión y atención que se le dio a cada intervención.
Frente a los ambientes de corte más clásico, en los que el color blanco y las molduras del techo son los regentes, destaca uno de los baños, enchapado totalmente con una pequeña cerámica negra para componer un área disruptiva en esta casa, donde la calidez es otorgada por los muebles de madera al natural. En este proyecto de remodelación los arquitectos le dieron la importancia que se merece al patrimonio arquitectónico residencial de Montreal. La propuesta transmite la relevancia de considerar el trabajo de conservación como una de las primeras medidas al momento de intervenir una construcción existente. ■