Second Home, una nueva propuesta de oficina
fotografía Y texto: Rodrigo Orrantia / octubre 31 - 2015
En medio de Hanbury Street, una calle tranquila en la popular zona de Shoreditch en Londres, se encuentra Second Home, un nuevo proyecto de oficina abierta diseñado por la firma española de arquitectos Selgascano, que sonó este año por el pabellón de verano de la Serpentine Gallery, en la misma ciudad. Cuesta creer que este espacio, que hasta hace poco fue una fábrica de alfombras, sea hoy uno de los lugares más apetecidos para trabajar.
“Queremos que esta oficina sea especial”, fue la primera exigencia para los arquitectos José Selgas y Lucía Cano. La idea de combinar bajo un solo techo café, restaurante, zona de trabajo, sala de descanso, áreas de socialización y espacios de reunión no resulta nada fácil, especialmente por el control de ruido, y el hecho de que la mayoría de las compañías que comparten el espacio necesitaban silencio. Londres es una de las ciudades más competitivas del planeta, y el objetivo consiste en que este sea un lugar de innovación, no un club social, aunque funciona como uno.
La propuesta comprende tres ambientes principales. El primero es la recepción y Jago, el área de café-restaurante. La puerta de ingreso y la recepción fueron diseñadas con base en curvas que invitan a entrar al edificio desde la calle. Este es el único espacio abierto al público; bajo una arquitectura amigable y colorida –emblemática de Selgascano– y por el precio de un café, se puede pasar una mañana entera trabajando o teniendo reuniones en el bar. Uno de los fuertes de Second Home es la comida, cada día hay platos especiales y el chef del restaurante, Louis Solley, atrae su propio público.
Los espacios de trabajo privados se encuentran tras un gran vidrio curvo que divide el salón principal. A lo largo de dos pisos, largas mesas de trabajo son compartidas por compañías creativas y de innovación en tecnología. En la planta baja hay áreas de hot-desk (escritorios libres) donde los miembros de Second Home pueden conectar su portátil en cualquier escritorio disponible. Sin embargo, ser parte de esta “oficina abierta” no es fácil. El número de aplicaciones ha sido muy superior al área presupuestada, y los directores de esta iniciativa se precian de escoger especialmente a los nuevos miembros.
El reto de diseño para el mobiliario de oficina es hacer que los espacios de trabajo funcionen en diferentes disposiciones, las empresas y los estudios que laboran en Second Home van desde cuatro hasta cuarenta empleados, sin contar todos los miembros individuales que trabajan por su cuenta o en colectivos temporales. Los escritorios y las salas de reunión deben ser flexibles para que nadie se sienta aislado o agobiado por la configuración del lugar. La segunda premisa es quizá la más importante y la que le da el toque emocionante al proyecto: el espacio de trabajo interior funciona 24 horas, siete días a la semana.
Para Rohan Silva y Sam Aldenton, creador y cofundador de Second Home, esto hace toda la diferencia. Su filosofía es mezclar trabajo con colaboración y también generar áreas de encuentro casuales para sus miembros. Por eso, también cuenta con una zona llamada “el invernadero”, donde están prohibidos los teléfonos móviles, tabletas y portátiles. Un ambiente natural donde la gente puede aprender a conversar y llevar a cabo actividades en grupo. En un lugar destinado para nuevas empresas de tecnología, parece indispensable poder desconectarse.
En cuanto a la arquitectura interior, mobiliario y decoración, la propuesta de Selgascano es ecléctica y parece traer un aire nuevo a los espacios de oficina sobrediseñados y estériles que abundan en la zona, especialmente para compañías de tecnología y estudios creativos. No hay dos asientos iguales, ni tampoco dos plantas o lámparas. La decoración parece casual, pero existe un claro concepto detrás de cada decisión. No por nada el nombre Second Home; es importante que los miembros y visitantes se sientan como en casa.
Una última preocupación de los fundadores del proyecto y los arquitectos es la ecología. En el edificio hay más de mil plantas, y la ambición de esta iniciativa consiste en trabajar ciento por ciento con energía “verde” o de fuentes ecológicamente responsables. Para esto contaron con la compañía Ecotricity, experta en generar fuentes de energía renovables, en especial eólica y solar.
La paleta de color también tiene su razón de ser. La decisión de contar con un piso naranja o de iluminar los vidrios curvos con reflectores amarillos no es aleatoria. Responde a una clara necesidad y a unas condiciones psicológicas muy particulares. Este espacio está diseñado para ser habitado constantemente y la gama de tonos cálidos genera una sensación de protección, mejora el ánimo y ayuda a pensar con más creatividad. En una ciudad tan gris como Londres, los colores alegres y el uso de transparencias e iluminación natural son un acierto. Solo estar en el café, rodeado de gente joven y creativa, ya es una experiencia que invita a inventar algo nuevo.