Una sorprendente casa en Japón que funde arquitectura con jardinería
Rodrigo Toledo / septiembre 16 - 2021
La casa es uno de los paradigmas de la arquitectura. En ella se evidencia la condición más primitiva del acto de construir: refugiarse de la intemperie. Su principal función es protegernos de las fuerzas naturales y permitirnos habitar el mundo al resguardo de la lluvia, el sol intenso y el frío. El jardín, por otro lado, constituye la dominación de lo salvaje y su introducción al espacio doméstico.
Para la firma japonesa Kiyoaki Takeda Architects, este proyecto presentó la oportunidad de concebir una vivienda en la que los únicos habitantes no fueran personas, sino también plantas, insectos y aves. Se trata de una construcción que deliberadamente busca integrar lo doméstico –cartesiano, limpio y controlado– con lo silvestre. Para lograrlo, los espacios fueron distribuidos en dos niveles separados por una placa de concreto, que en su extensión crea una secuencia de bóvedas.
A su vez, la geometría del forjado produce un ambiente interior compartimentado en función de la espacialidad de estas. En esta casa la placa misma es una jardinera en donde siembran vegetación y cuyas superficies curvas conducen el agua hacia canales de desagüe.
Replican esta estrategia en la cubierta para tener un generoso jardín y un mirador sobre el paisaje cercano. Tsuruoka House –como se le conoce– es una residencia familiar, pero también un jardín en proceso. Con el tiempo la vegetación se tomará la construcción y la ocultará. Sus habitaciones y baños se mezclarán con los arbustos y las enredaderas. Esta vivienda se convertirá en un pequeño bosque. En ella, el jardín no es un espacio complementario, sino la casa misma, y su crecimiento define una arquitectura que cambia según los ciclos de la naturaleza. ■
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