Un antiguo depósito fue convertido en una sorprendente y contemporánea casa familiar
Revista AXXIS / junio 23 - 2021
La historia del terreno que acoge esta casa, en Toronto, Canadá, se remonta varios años atrás, cuando era el edificio que servía como depósito para los vehículos de la empresa Moore’s Hearse Livery. Entrada la década de 1980, la edificación sufrió un cambio radical y pasó a ser una vivienda. De la estructura original solo conservaron las paredes de ladrillo de los patios. En su última intervención, la firma canadiense Taylor Smyth Architects, en colaboración con William Fulghum Design Associates, desmontó la estructura de dos pisos hasta dejar las columnas desnudas para, a partir de ese momento, crear una vivienda con un interior contemporáneo muy iluminado, que se vale de tragaluces y diversos apliques de luz en techo y pared, propuesta que combina piezas antiguas de los años sesenta con otras más contemporáneas.
La arquitectura de esta casa sobresale por incorporar una rica paleta de materiales, entre ellos madera, piedra, bronce y cuero, así como por una depurada selección del mobiliario para complementar un interiorismo en el que los tonos neutros y las texturas marcan el camino. En el vestíbulo de entrada la carpintería combina nogal, madera lacada y unas puertas forradas en cuero personalizadas con adornos de bronce para el armario ubicado allí. Desde este punto, la vista a través de la casa culmina en el estudio, donde una chimenea de gas lineal está insertada en una pared de piedra oscura con juntas de bronce.
Entre las características más interesantes de la vivienda están el par de patios amurallados y ajardinados en los extremos de la fachada posterior, revestidos de naturaleza, y la amplia terraza en la azotea Asimismo, destaca el único plano de cielorraso que unifica la sala y el comedor, ya que parece flotar para alejarse de las paredes debido a la incorporación de una sutil iluminación indirecta en todo su perímetro. La estructura es atravesada por dos lucernarios que inundan de luz el espacio. En el salón, una chimenea de piedra y nogal remata el área.
La escalera que conduce al segundo piso, coronada por un tragaluz, continúa hasta una gran terraza privada, ubicada sobre la sala de estar-comedor y el estudio, donde macetas elevadas y una serie de cubiertas definen una secuencia de asientos y espacios para el esparcimiento.
Aparte de la terraza, en el segundo piso están el dormitorio de los propietarios con un generoso walk-in closet, y una alcoba auxiliar con su respectivo baño. Sin embargo, el baño principal se roba las miradas al estar iluminado a través de una mampara de vidrio grabada y pintada en su cara posterior, que aprovecha la luz natural difusa del tragaluz de la escalera. El mármol Statuario y los azulejos de porcelana de color carbón crean en el espacio un contraste entre oscuridad y brillo.
Aunque su interior está resguardado, esta casa permite la interacción con el exterior y aprovecha al máximo los metros cuadrados de área al aire libre para crear estancias que invitan al descanso, a conectarse con la naturaleza. Esta arquitectura se vale del terreno para proponer algo totalmente distinto a lo que antes allí habitaba, pero que a la vez se integra de forma respetuosa con su entorno. ■