Un refugio familiar cálido y rústico en una zona rural de Washington, Estados Unidos
Revista AXXIS / agosto 31 - 2021

Los propietarios de esta casa buscaban un nuevo hogar y un refugio en su granja familiar, ubicada en una zona rural de la isla de Whidbey, al norte de Seattle, en el estado de Washington, Estados Unidos. Por respeto a los edificios agrícolas de principios de siglo implantados en la propiedad, esta vivienda se encuentra en el borde de una ladera densamente boscosa, con vista a los cobertizos de pollos, un granero rojo, campos de ganado y un estanque de pesca.

La casa, diseñada por la firma de arquitectura e interiorismo Mwworks, aparece intencionalmente modesta y humilde desde el valle, respetuosa con las tierras de cultivo que la preceden. Este proyecto nace tanto del concepto de un espacio de retiro como de una residencia parcial para una familia en crecimiento, con fuertes raíces locales que se remontan a varias generaciones en la isla.

Destinada para barbacoas de verano, retiros de pesca y reuniones con los seres queridos, la casa fue diseñada –y construida por la compañía Dovetail General Contractors– para ser flexible y duradera, además de reflejar la historia tanto del sitio como de la familia. Si bien está pensada para la comodidad de dos personas, tiene capacidad para 20 huéspedes, con una vivienda principal de cuatro dormitorios y una secundaria destinada a los muchos nietos e invitados.

Su programa arquitectónico se divide en volúmenes discretos de tamaño modesto, cuidadosamente tejidos entre una variedad de grandes abetos y envueltos alrededor de un patio de arbustos y helechos nativos. Un muro bajo de basalto local apilado organiza los cuerpos y define de manera sutil el perímetro del patio. Este se convierte en
el vínculo visual y físico entre los diferentes volúmenes, proporciona acceso y conexión, pero también separación y retiro cuando se desea. El ingreso de grava rústica a la casa, que serpentea a través de los árboles densos
y oscuros, se abre a la vista.

A petición del propietario, durante el diseño y la construcción tuvieron como prioridad la protección de los árboles, por encima de la conveniencia de la obra. La limitada tala de árboles –la estrictamente necesaria– se aprovechó en el sitio como madera en la granja, cercas para el ganado o leña para la chimenea y el nuevo pozo de fuego en el borde del prado.

Varias de las puertas interiores y el arte que cuelga de las paredes –piezas de cedro macizo talladas hace décadas por el patriarca de la familia–, generan una conexión significativa entre el pasado y el presente de los propietarios. La nueva puerta del dormitorio principal, de tablones también macizos de cedro, está diseñada como un futuro proyecto de talla para el dueño, entre sus días de trabajo en la tierra, la limpieza de matorrales y la cría de ganado.


Con una paleta de maderas naturalmente erosionadas, concreto, paredes de piedra de una cantera local, jambas de roble para las ventanas –son las piezas verticales que sostienen el dintel–, paredes de yeso y detalles de acero negro, la casa se esfuerza por ser cálida y rústica, pero simple, clara y abierta: un hogar que honra la atemporalidad del patrimonio forestal y agrícola del lugar. ■

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