Una mirada al reto de la ‘descarbonización’ en el negocio construir
Ramón Nivia / marzo 24 - 2023
Año 2050. El tiempo es relativo: para algunos esta fecha puede parecer lejana. Otros la ven cercana, más cuando se tiene como límite para lograr un desafío ambiental de gran magnitud.
“Saint-Gobain fue una de las primeras multinacionales en asumir el reto de la descarbonización para 2050. Ese compromiso incluye el conjunto del grupo, en todos los países donde está presente, sin excepción alguna. Se pretende que el ritmo en el que se adapten sea homogéneo. Por ello Latinoamérica está a la par con las demás regiones –incluso con Europa–”, comenta Javier Gimeno, VP para Latinoamérica de la francesa Saint-Gobain, durante nuestra entrevista en su paso por Bogotá.
Con setenta años de presencia en el país –considerando la antigüedad de las empresas que ha adquirido con el paso de los años, como Vidrio Andino, por ejemplo–, Saint-Gobain tiene como eje de todas sus operaciones mundiales la sostenibilidad, que la ve en tres frentes: el proceso –la forma en que fabrica–; el ahorro de energía durante la vida de sus productos, y la promoción y educación sobre este tipo de construcción responsable con el medioambiente.
La propuesta sostenible de Saint-Gobain
“En todos nuestros procesos intentamos minimizar la utilización de energía, para así tener en la elaboración de estos materiales una reducción sustancial en la emisión de CO2. (…) Si le dan una mirada a la gama de productos de Saint-Gobain verán que el 80 % está relacionado con la reducción del consumo de energía en los edificios. La que representan el 40 % de la emisión total de CO2 en el planeta”.
Esto no solo se ejecuta en sus plantas de Europa, también sus empresas en Colombia, siete en este momento. Las que están en constante implementación de estrategias para el ahorro energético, como la instalación de paneles solares que, en ocasiones, generan más energía de la necesaria.
“Aplicamos en todos los países los mismos estándares, que a veces resultan más estrictos que las regulaciones locales. Eso tiene que ver con la primera vertiente de la que hablaba. Nuestros procesos de producción requieren ser ejemplares, y para serlo deben estar dotados de la tecnología más moderna”.
Innovación y la asequibilidad
Y es que la innovación en el campo de los productos sostenibles para la construcción viene de la mano con la investigación y la tecnología. “Tenemos en todo el mundo seis centros de innovación y desarrollo. Uno de ellos está en Brasil, dado que las soluciones constructivas son diferentes entre los continentes, entre las mismas regiones y países. Debe existir una cercanía entre los desarrollos y los mercados a los que están dirigidos”.
Lo anterior presenta un reto para la empresa: el equilibrio entre la innovación y la asequibilidad en sus productos. Los mercados latinoamericanos buscan soluciones más económicas –si se comparan con los europeos–.
Para Gimeno, en este punto es vital la educación de los profesionales: “Un argumento empleado frecuentemente para no utilizar opciones sostenibles es que pueden ser más costosas, pero resulta un argumento incompleto. La comparación hay que hacerla en su integralidad. No es solo evaluar un producto contra otro. Es analizar los beneficios que puede traer a largo plazo, el payback en términos de sostenibilidad y medioambiente. Cuando ese cálculo se hace de manera correcta son absolutamente competitivos”.
Pero de nada serviría tener una oferta producida de forma sostenible, con productos que aportan al medioambiente en ahorros energéticos –por mencionar un punto–, si en su transporte se aumenta esa huella de carbono.
“Fabricamos en proximidad a los mercados de distribución. Eso determina un diseño industrial diferente, no tenemos plantas en China para crear algo que va a comercializarse en Colombia. Optamos por una producción local para consumo local, así disminuimos la huella de carbono”.
Finalmente, para Gimeno la sostenibilidad es una cuestión de querer aportar al momento que vivimos en el planeta, cuando el calentamiento global es un hecho. “Pasar a carbono neutro –un edificio– es bastante simple, es sencillamente una cuestión de voluntad, de querer hacer algo, tenemos la tecnología”.