Arquitectura

Octubre, los ‘maestros del hierro’ en la arquitectura colombiana

Carolina Lineros / 
diciembre 29 - 2022
Octubre, los ‘maestros del hierro’ en la arquitectura colombiana
Octubre, en cabeza del arquitecto Guillermo Arias, es una firma colombiana que comenzó su historia fabricando objetos a partir de materiales encontrados en depósitos de demoliciones y chatarra, para luego convertirse en un estudio de arquitectura y diseño con identidad propia, donde los detalles son protagonistas.

A Octubre lo componen dos espacios: el taller de metalmecánica y el estudio de arquitectura. En el primero convergen arquitectos, diseñadores y técnicos, diseño y fabricación, sueño y realidad; allí se exploran proyectos colaborativos con otras firmas. 

Por su parte, en el estudio de arquitectura, a través de la experimentación y el aprendizaje, el equipo se encarga de generar propuestas para proyectos nuevos, de restauración o adecuación. Sus respuestas arquitectónicas están vinculadas al desarrollo de investigaciones propias. Las que parten del empleo de materiales como el hierro, el bronce y el acero, mezclados con madera y piedras naturales, entre otros. 

Arias, el alma detrás de Octubre, hace un poco más de 35 años le dio forma a esta idea de producir objetos y espacios a través de la investigación de los metales y su mezcla con otros materiales, como resultado de la unión entre procesos metalmecánicos y de diseño.

Tres casas en Anapoima y una serie de objetos son los proyectos seleccionados para esta edición especial de materiales. Acercamientos y utilizaciones distintas del hierro, cada uno con una personalidad y una exploración diversa.

Un área limpia 

hierro 3 Octubre, los ‘maestros del hierro’ en la arquitectura colombiana

En este proyecto el hierro fue el material que permitió manejar una luz grande en la zona social, eliminando elementos estructurales como columnas, para tener un espacio más limpio. Este fue el punto de partida para el desarrollo de detalles arquitectónicos. 

La cubierta, fabricada en hierro, se desnuda para estar a la vista con algunos paneles de matamba, que le agregan calidez y ayudan a tejer el techo. Esas “venas” metálicas se convierten en la iluminación y soporte de todos los elementos presentes allí. Estructura y piezas arquitectónicas se fusionan para dar lugar a la estética del salón.

Por su lado, el patio central es un espacio en el que el hierro fue parte importante de su concepción. Este material, que conforma la cubierta de su circulación perimetral, aligera el espesor de esta y la hace un elemento diáfano, casi flotante, suspendida en unas columnas metálicas que a su vez son lámparas y marcan un ritmo cuando se encienden.

La casa del árbol 

Esta casa fue el resultado de una ejercicio más soñador y poético, donde el hierro no solo fue la respuesta a una necesidad funcional, sino que se transformó y manipuló para darle formas más especiales, lejanas de las convencionales encontradas en este material. 

Es así como se conciben vigas en forma alveolar en el salón y cocina, y se emplean láminas con perforaciones cortadas por láser como cubierta de la pérgola de la piscina, dando la sensación de un tejido más que de una lámina de hierro. La estética es un elemento primordial en este proyecto y el hierro se utilizó para aportar detalles con identidad propia.

Ligero y funcional 

En esta vivienda, el hierro fue empleado como acabado arquitectónico. Forma parte de puertas y ventanas, cerramiento y cubierta de corredores, dinteles en la zona social y mamparas divisorias entre espacios. 

Es un material predominante que da un aspecto más ligero y funcional. Su levedad, que permite crear muchos de sus cerramientos y divisiones, genera un juego de luces y sombras, y mantiene la transparente relación con el exterior. En cada espacio y elemento en el que se utilizó, este fue el material más idóneo para su fabricación por su esbeltez, mantenimiento, durabilidad o resistencia.

Sus objetos

Estas piezas muestran la habilidad plástica de este arquitecto con los metales. En este punto reciclan todo el material de “desperdicio” que dejan los proyectos arquitectónicos para dar rienda suelta a la creatividad. 

Al no tener un cliente específico, la imaginación de los diseñadores puede volar y se “debe” soñar más. La mezcla con otros materiales, como madera, mármol y piedras, desempeña un papel fundamental: hacer elementos singulares que aporten valor al diseño interior. 

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