El brasileño es conocido por su desacomplejada manera de usar el color en los interiores que acomete: «Si puedo, extiendo los colores desde el suelo a las paredes y, si me dejan, hasta el techo. Se ha convertido en mi huella y me gusta ser reconocido por eso», asevera.
Así ocurrió en este proyecto en Jardim Paulistano. «La propietaria se puso en contacto conmigo con una gran expectativa por saber qué colores iba a emplear. Supe claramente que tenía que ser rosa, y di vueltas hasta dar con el tono adecuado: el rosa floral. Se lo presenté a mi cliente, que es una mujer muy femenina y delicada, y le encantó”.
Lejos de ser un obstáculo, las reducidas dimensiones del apartamento lo hacen más impactante. Para aprovechar los ventanales del salón, Crovato renunció a cortinas y persianas de modo que se potenciara la luz natural y la vegetación exterior creara una atmósfera más limpia.
El contrapunto cálido al luminoso rosa son las paredes de madera en el salón, comedor y la cocina. «Cuando trabajo en espacios pequeños, detalles de continuidad como este ayudan a mantener una uniformidad mayor en los distintos ambientes», aconseja.
También cree que en espacios limitados es mejor contar con un ebanista que haga muebles a medida. «Resulta interesante, desde el punto de vista de la estética y de la funcionalidad, pero lógicamente eleva los costes porque lo hecho a mano es siempre más caro que lo fabricado en masa. Pero en muchas ocasiones, el esfuerzo tiene recompensa.». El resultado en este apartamento refleja la confianza entre cliente y diseñador.