Diálogo entre arte y diseño
Fotografía: Andrés Valbuena. Texto: Ramón Nivia. Styling: Angela Jaramillo. / enero 18 - 2016
Antes de mudarse a este apartamento de 200 metros cuadrados, el arquitecto y diseñador textil Jorge Lizarazo vivía en uno muy pequeño. “Mi familia estaba angustiada porque era tan íntimo que no dejaba entrar a nadie más, era extremadamente mío”. Su hermana, la artista Luz Ángela Lizarazo, le sugirió buscar otro y fue así como encontró este en un edificio de patrimonio histórico. Las puertas, pisos y columnas –rescatadas de la demolición del antiguo convento de San Agustín, en Bogotá– datan aproximadamente del siglo XVIII.
El salón, junto al comedor, es uno de los espacios más sobresalientes. Es un resumen “de los regalos de mis amigos, una búsqueda de la depuración del objeto”. Comenzó cuando le obsequiaron las club chair negras de cuero. A estas se sumaron obras de arte, textiles de su firma Hechizoo y piezas antiguas.
En el comedor, a pesar de tener elementos como la lámpara de murano, la imponente mesa italiana de los años cincuenta o sesenta, y la pared recubierta con madera tallada del siglo XVIII, las miradas se centran en la parte superior del muro, donde una lámpara de cobre burilado –material tratado con una pátina para simular la seda– recrea tres elementos: viento, agua y tierra.
En las noches, su luz llama la atención hasta de los peatones, quienes no dudan en timbrar para preguntar por este diseño.