Hábitat personalizado
Fotografía: Iván Ortíz. Producción: Ana María Zuluaga. Texto: Claudia Aguilera / junio 9 - 2014
Un constante e inmenso esfuerzo por la búsqueda de la luz. Así fue la intervención del arquitecto bumangués Juan Camilo Sanmiguel, quien en un piso de un antiguo edificio de oficinas de los setenta logró crear un apartamento de 194 metros cuadrados.
Para darle vida a su creación permitió la participación de los habitantes del apartamento y personalizó sus espacios a través de un mobiliario diseñado con funciones específicas: leer, habitar, descansar, compartir y comer.
Y pensó en la privacidad. Para empezar, un muro volado, de concreto esmaltado, separa la entrada del área social (conformada por una cocina abierta que se integra a la zona del comedor y la sala) que, a su vez, es independiente del área privada donde están dos habitaciones y dos espacios dedicados a la lectura y la relajación.
Los colores son fundamentales para la diferenciación de los ambientes. Los claros, tanto en las paredes como el piso, abrigarán en un mismo sentido el interior. Y el azul de la sala contrasta con el mueble y las sillas blancas de la mesa del comedor, grande y cuadrada. La habitación principal, en color uva, hace acogedor ese espacio en el que sobresalen el blanco del espejo, el color claro de madera de la cama y una banqueta de Barichara. El cuarto de la pequeña hija es en verde agua y contrasta con el blanco y el violeta de la cuna.
Gran parte de la decoración fue inspirada en Argentina, país de donde es oriunda la dueña de casa. La cama del cuarto principal, la mesa del comedor, la biblioteca y el escritorio del estudio fueron diseñados por el arquitecto.
Reformar el amplio espacio abrió la posibilidad de construir prácticamente desde cero y de crear la cocina, uno de los lugares más usados por la familia, que antes de la remodelación no existía. Esta es más larga que ancha, cómoda y estéticamente integrada con la sala ya que no genera quiebres marcados entre los dos espacios que están conectados.
Así es el apartamento funcional en el que tienen cabida diferentes objetos y estilos, tanto artesanales como modernos. Una mezcla de los gustos, los viajes y las experiencias de quienes lo habitan.