Inspiración escandinava
fotografía: IVÁN ORTIZ Textos: ramón andrés nivia. Producción: ana maría zuluaga / mayo 6 - 2016
Hace un año que los propietarios de este apartamento –una pareja de recién casados– se mudaron a su primer hogar, un lugar hecho a la medida y en el que cada detalle fue cuidadosamente estudiado y cada elemento tiene su lugar. “Tanto mi esposa como yo somos estrictos, casi obsesivos con el orden. Es más, lo nuestro podría decirse que va más allá del perfeccionismo”, dice entre risas el dueño de casa, un ingeniero industrial bogotano que siempre ha tenido sensibilidad hacia los temas de diseño y arquitectura.
Mientras recorre el apartamento, en un edificio nuevo en los cerros de la capital, cuenta que inicialmente él quería alquilar un lugar pequeño que cumpliera con sus necesidades inmediatas, y que más adelante, cuando la familia creciera, buscarían un lugar para comprar. Sin embargo, su esposa, una diseñadora de modas barranquillera, lo convenció de que sería mejor comprar el apartamento donde vivirían por varios años.
Fue así como después de un mes y medio y de haber visto más de cien apartamentos llegaron a este quinto piso, donde encontraron todo lo que necesitaban: una amplia zona social, tres alcobas con baño y un estudio.
Lo que más llama la atención al entrar es la luminosidad, el orden y la calma que impera en todos los espacios. “Nos encanta el estilo nórdico, hemos viajado varias veces a Copenhague, Dinamarca, y nos sentimos identificados con la limpieza y la pureza del diseño, desde la decoración de interiores hasta las propuestas de mobiliario y accesorios para el hogar”. Por eso, siempre tuvieron claro que ese sería el estilo que tendría su casa.
Para lograrlo, hicieron algunos ajustes a la carpintería y a los acabados originales del apartamento. “Reemplazamos el piso de madera oscura por uno de roble claro, casi blanco” y dice que aunque fue una inversión importante, valió la pena porque el piso es parte fundamental del resultado que buscaban. Así mismo, pintaron todas las puertas y carpintería existente de blanco. Otra modificación que llevaron a cabo fue eliminar el muro que separaba el comedor de la sala para obtener una zona social más amplia y articulada. Conservaron las paredes blancas, pero en algunos espacios pintaron los muros con tonos grises y azules neutros, que van con la propuesta monocromática del proyecto.
Asegura también que ellos mismos desarrollaron el proyecto, con la ayuda de Pintrest y la evidente sensibilidad estética que tienen ambos. “Buscábamos fotografías de ambientes con estilo escandinavo y tomábamos ideas de lo que más nos gustaba”. En cuanto a la elección y disposición del mobiliario, contaron con la asesoría de BoConcept, donde encontraron las propuestas más similares a lo que habían visto en sus viajes. “La mayoría de los muebles y accesorios son de allá. Llevamos los planos y con ayuda de renders en 3D y su asesoría, elegimos los muebles para los diferentes espacios de la casa”. Fue así como lograron un conjunto donde todas las piezas comparten el lenguaje de diseño, en el que predominan las líneas rectas, una gama de tonos que va desde el vainilla hasta el gris pizarra, y diversas texturas que se complementan entre sí.
Tienen un papel muy importante también los gráficos, presentes desde las obras de arte hasta los cojines, y algunos objetos de diseño como el Ghost Candelabra, del diseñador británico Jon Russell –un candelabro inspirado en los del siglo IXX, pero con un giro contemporáneo, al ser hecho con dos láminas de acrílico–, o los platos con caras pintadas que cuelgan en el baño auxiliar, y uno de los cojines del sofá de la sala, creación del artista italiano Piero Fornasetti.
Y aunque en un principio estaban empeñados en mantener estrictamente la paleta neutra, tenían algunas piezas y regalos de matrimonio que se “salían de la caja”. “Estuvimos tentados a no ponerlos, pero nos gustaban mucho, y concluimos que esto le aportaría personalidad al apartamento”. Es el caso del colorido cuadro de la sala, que llevó a que aparecieran ciertos toques de color en los cojines y un par de esculturas que resaltan dentro del espacio.
Después de varios meses de trabajo, quedaron muy satisfechos con el resultado final y han encontrado que con esta propuesta el orden es fácil de mantener, aunque son conscientes de que todo esto puede cambiar cuando tengan a su primer hijo. “En ese momento, nos adaptaremos a nuestra nueva situación, por ahora estamos disfrutando nuestro espacio”.