La cocina: un ambiente en constante transformación
Fotografía: Bureaux. Texto: María Juanita Becerra / abril 23 - 2018

La cocina es el espacio de la vivienda que, junto con la habitación, ha estado presente a lo largo de la historia del ser humano adaptándose a sus necesidades cambiantes. Desde las hogueras primitivas de la Edad de Piedra hasta los diseños vanguardistas de los siglos XX y XXI, han sido el reflejo de diferentes aspectos de la vida cotidiana. En sus orígenes no solo era un lugar donde preparar los alimentos y comer, sino también donde vivir. Hoy, debido a los cambios en los estilos de vida, ha vuelto a ser un centro de reunión, se ha convertido en un marco de las relaciones familiares. Por eso, los patrones de diseño contemporáneo se orientan hacia la apertura y fluidez espaciales. Las cocinas independientes (o cerradas), características de los países europeos, como Francia y España, han quedado atrás; por el contrario, las cocinas abiertas propias de los países anglosajones, como Estados Unidos e Inglaterra, son tendencia y se imponen en la actualidad. Vivir, cocinar y comer en un mismo espacio resulta atractivo en el contexto actual.
Por otra parte, la avanzada tecnológica ha permitido explorar diversos materiales: acero inoxidable, que presenta un sinnúmero de cualidades, como durabilidad, resistencia a la corrosión, alta resistencia al calor y fácil mantenimiento; y los nuevos cortes de madera cuyo aspecto define la imagen final de la cocina. Estos permiten desarrollar nuevos modelos en respuesta a las necesidades de los usuarios; muestra de ello son los estilos urbano, minimalista y rústico –tan en boga hoy en día–. El estilo urbano, como su nombre lo indica, emerge del torrente de dinámicas existentes en la ciudad. Desde Nueva York hasta Shanghái, lo urbano introduce los elementos más innovadores de las ciudades. Y, gracias a su carácter funcional, responde a las demandas de un entorno en constante transformación. Aun cuando las cocinas de este estilo utilizan una gran variedad de materiales, el acero inoxidable es el más empleado dada su apariencia futurista.
En cuanto al minimalista podría decirse que sus elementos se alinean con una estética sobria, libre de ornamento; hace oda de las superficies llanas y las formas ortogonales generando espacios iluminados y amplios; representa, de manera evidente, aquella frase de Mies van der Rohe “menos es más”. El propósito de adoptar esta corriente consiste en crear un ambiente uniforme, que se equilibre con las demás estancias de la casa sin desmarcarse de ellas.
El rústico pretende rescatar las tradiciones de otras épocas. De ahí que estas cocinas, propias de las viviendas rurales, conserven la estética de antaño: mantienen viva la tradición al recuperar objetos antiguos que son incorporados como parte de la decoración. En ellas se aúnan espacio y tiempo. En todo caso, el eclecticismo es hoy una tendencia global, por lo que resulta frecuente mezclar distintos estilos (conceptos y materiales) en un mismo espacio. Con diversas aspiraciones estéticas se pueden componer ambientes híbridos, donde varios elementos se integran armónicamente.
Ahora bien, con relación a la distribución son comunes cuatro tipos: la cocina individual, junto al comedor, isla y americana. La individual es independiente; mantiene la privacidad de un ambiente que para muchos es tan íntimo como el baño o la habitación. La que se halla junto al comedor, cuya organización suele estar en dirección a este, genera dos áreas autónomas pero conectadas visual y funcionalmente entre sí. En la tipo isla hay una mayor libertad de movimiento, gracias a que en ella todos los electrodomésticos y accesorios se encuentran en una zona central –similar a las de los restaurantes–. Por último, la americana abarca el conjunto de elementos de las tradicionales, pero unida a un componente adicional: el mesón tipo barra que sirve como encimera o mesa para comer.
Basándose en los diferentes estilos, los fabricantes de cocinas han lanzado al mercado propuestas que reivindican el uso del color y las combinaciones de materiales. Los diseños eclécticos continúan imponiéndose, acompañados de electrodomésticos innovadores y funcionales. Además, se proponen nuevas ideas para resolver los problemas de almacenamiento mediante soluciones prácticas y estéticas a la vez. Los accesorios, asimismo, cobran importancia en cuanto a la tecnología, cuyo diseño se adapta a las exigencias actuales.
Como se ve, hoy los arquitectos e interioristas apuntan a las cocinas con una apariencia más dinámica y que optimice al máximo el área disponible. La configuración espacial cada vez establece una relación más cercana con las zonas sociales. Se opta por espacios abiertos y conectados entre sí; de esta manera, los límites entre cocina, comedor y sala han ido desapareciendo. Por lo tanto, es otra área social de la vivienda. Los muebles están a la vista, mezclando una serie de estilos que van desde lo urbano hasta lo rústico, y elementos decorativos que dinamizan la estética a través de su materialidad.