Esta firma brasileña comenzó su historia en 1946, cuando Albino Saccaro –hijo de inmigrantes italianos– fabricaba artesanalmente cestas de mimbre para las damajuanas de vino, en la localidad de Ana Rech, sur de Brasil. Con el tiempo el negocio evolucionó y se volcó al desarrollo de muebles. Afirman que de esa época les quedó la sensibilidad al momento de enfrentar un proyecto. “Todas las cosas tienen un significado, dependiendo del afecto que tenemos por ellas. Creo que el amor les otorga sentido a la vida y a todo lo que hacemos”, comenta su fundador en el libro No se lo cuente a nadie: tiene que vivirlo, que conmemoró los 65 años de la empresa.
En 2015 festejaron 30 años de estar inmersos en el mundo del diseño de mobiliario y de trabajar de la mano de diseñadores, arquitectos y artistas para crear objetos que combinan acertadamente las técnicas artesanales con la tecnología de punta. Ahora, con 70 años en el mercado, los productos de Saccaro llegan a más de 16 países, incluyendo Colombia. Su primera tienda en el país, ubicada en la calle de los Anticuarios, en Bogotá, es un espacio generoso de doble altura que busca reflejar lo que puede llegar a ser un hogar donde los objetos aportan calidez y mucho detalle, siendo la madera, el trenzado y la fibra natural parte de su sello. Allí ofrecen su portafolio de muebles, tanto para ambientes interiores como exteriores. Saccaro es reconocida por sus prácticas ambientalmente responsables en todo el proceso de producción, desde el origen de la madera hasta el reciclaje de residuos.