El furor de lo orgánico, el pop art y la era espacial fueron las tendencias estéticas que, en los 60, pernearon con mayor impacto el diseño, tanto en Europa como en Estados Unidos. “La necesidad se convirtió en deseo y los diseñadores pasaron a concebir productos deseados y no productos necesarios”, como lo explica Terence Conran, en el libro Designs of the Times, de Lakshmi Bhaskaran.
En ese escenario surgieron las creaciones del arquitecto y diseñadorVerner Panton, danés de nacimiento que vivió en Suiza desde principios de esa década. Su estilo orgánico y fluido, al igual que colorido y futurista, se consagró con dos sillas, hitos de la modernidad: la Heart Cone, fabricada con una carcasa con forma de corazón y un pie de acero inoxidable, y la Panton, diseñada en 1960 originalmente aunque comercializada solo hasta 1967 por Willi Fehlbaum, representante de la firma Herman Miller en Europa y fundador de la empresa Vitra.
La silla, también conocida como “Stacking”, actualmente exhibida en el Museo de Arte Moderno de New York, fue la primera de plástico con asiento en suspensión y de una sola pieza moldeada por inyección. La génesis de ese diseño, logrado en una amplia gama de colores, fue una silla voladiza en forma de “S”, de madera contrachapada, que desarrolló Panton en 1955 en colaboración con la firma Thonet.
Patricia Bueno, en su texto Sillas, Sillas, Sillas, afirma que “Verner decía que sentarse también debía ser divertido, como jugar; una experiencia excitante” y, sin duda, este pensamiento está estampado en esta creación.
Detrás del autor
Verner Panton asistió a la Escuela Técnica de Odense y luego estudió arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague. Su trabajo marcó de forma decisiva la evolución del diseño de los años 60 y 70. Además de sus experimentos con formas y colores, Panton se entusiasmó con el plástico, un material nuevo para aquel entonces.
En 1955 abrió su propio estudio de arquitectura y captó la atención con sus muebles basados en formas geométricas, fabricados por la empresa Plus-linje. Una parte de su éxito lo debe a su experiencia con su mentor Arne Jacobsen, otro de los grandes representantes del diseño europeo, con quien desarrolló muebles experimentales entre 1951 y 1952, de los cuales se destaca la silla Ant, la cual demuestra que, desde aquella época, al creador danés le interesaron los diseños orgánicos y adaptables al cuerpo humano.