Son muchos los factores para tener en cuenta a la hora de decidirse por una tela o un tapete. Puede parecer una decisión sencilla, pero la oferta es cada vez más amplia y se considera imprescindible tener muy claro lo que se quiere. Por eso, antes de comprar, resulta práctico hacerse preguntas como: ¿Qué tanto tráfico o uso va a recibir?, ¿qué quiere lograr en el ambiente donde la va a poner?, ¿qué tanto mantenimiento requiere?, ¿tiene alguna garantía de duración? Y lo más importante: ¿Me hace feliz?
Este último interrogante, que puede parecer accesorio, es fundamental, ya que hoy en día la temática de la decoración y el hogar está directamente asociada con la experiencia. El objetivo final es que cada uno cree su propio espacio y encuentre un punto de equilibrio “donde pueda conjugar su sentido de supervivencia y confort con el aprendizaje y la creación de lo que les rodea”, explica Diana Alejandra Chacón, jefe de diseño pedagógico y calidad de la Escuela Artes y Oficios Santo Domingo.
Es así como el proceso de buscar la tela o el tapete perfecto, va más allá de un color, o un estampado. Aquí entran a jugar las texturas, y el efecto visual y las sensaciones que producen.
Afortunadamente en Colombia hay una amplia oferta -tanto de productos nacionales como importados- que está en línea con las últimas tendencias del diseño y la moda. Este sinfín de posibilidades, que van desde propuestas artesanales hasta las que involucran tecnologías de punta, permiten que uno pueda darle nueva vida a una silla o a un sofá, o cambiar el look de la sala con solo reemplazar las cortinas y poner un nuevo tapete.
La conciencia ecológica también desempeña un papel importante en las ofertas que hay en el mercado. Y la mayoría de los fabricantes valoran y tienen en cuenta este aspecto en sus creaciones y procesos. Por eso la elección final depende de las necesidades específicas de cada persona. Hay quienes, aun cuando requieren mayor mantenimiento y no tienden a durar tanto como los materiales sintéticos, prefieren las fibras naturales, como el lino, el algodón, la seda y el cuero, al momento de tapizar su mobiliario o renovar sus tapetes. Sin embargo, otros optan por elementos sintéticos que ofrecen más resistencia y durabilidad, en algunos casos, incluso, repelen líquidos. Todo depende del uso y que se les vaya a dar.
Una vez se tenga claro qué tipo de material va a utilizar, empieza la parte más complicada y divertida a la vez. ¿Cómo elegir entre tantas combinaciones de colores, texturas y estampados? La idea es salir de la cotidianidad, atreverse con cosas nuevas y crear un ambiente alegre y acogedor para vivir.
En esta temporada vuelven los tonos y estampados inspirados en la naturaleza. Según Chacón, “los dominantes son el rosa cuarzo y el azul serenidad. Se trata de colores que proporcionan calma y serenidad, permiten la reflexión tras días de estrés. En los productos textiles los podremos ver en lencería para hogar (cortinas, sábanas, edredones, mantas, cobijas livianas, cojines y toallas, etc.) y para mesa (manteles, centros de mesa, individuales, toallas de cocina, servilletas y paneras, entre otros)”.
Entre los tonos que complementarán esos dos colores principales están el durazno, azul marino, crema, gris lila y algunas gamas de verde. “Estos podrán apreciarse como dominantes en piezas textiles como tapetes y estarán acompañados de texturas y patrones. También se verán como acentos en prendas delicadas y sutiles”, explica Chacón. Así mismo, entre los materiales naturales que estarán presentes se encuentran metales como estaño y cobre, y algodón, seda, lana, fique, lino y cuero como principales dentro de la pieza textil, acompañados de crin y yute. Entre los sintéticos están el nailon, acrílicas, polivinílicas (textiles técnicos), polietilénicas (alfombras) y polipropilénicas (tapicería). Las posibilidades son infinitas, es cuestión de usar la imaginación.